Escuché por primera vez a finales de
los años noventa al periodista Luis del Olmo hablar del Camino de Invierno. Eran
años en los que los caminos de Santiago se confundían y se fundían
con el Camino Francés como si fuese la única ruta posible
por historia y por escasas referencias salvo las eruditas perdidas
entre legajos. El
Camino de Invierno ha logrado un reconocimiento oficial al que se ha
llegado después de un gran trabajo de documentación y lucha
por su reconocimiento por parte de
Asociaciones y personas que han puesto su esfuerzo, empeño e ilusiones.
Los
Caminos de Santiago - Artículo 73-.
Concepto de los Caminos de Santiago.
- Los Caminos de Santiago están formados por el conjunto de rutas reconocidas documentalmente de las que puede testimoniarse su uso como rutas de peregrinación de largo recorrido y que estructuran, conforman y caracterizan el territorio que atraviesan.
- Las rutas principales de los Caminos de Santiago son: el Camino Francés; el Camino del Norte, ruta de la costa y ruta del interior, también conocido como Camino Primitivo o de Oviedo; el Camino Inglés; el Camino de Fisterra y Muxía; el Camino Portugués, interior y de la costa; la Vía de la Plata o Camino Mozárabe; y el Camino de Invierno.
- Podrán ser reconocidas como Camino de Santiago aquellas rutas de las que se documente y justifique convenientemente su historicidad como rutas de peregrinación a Santiago de Compostela y su influencia en la formalización de la estructura del territorio por el que transcurren. Ley 5/16, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia.
Hoy hay una obsesión por convertir la cultura jacobea en ancilla
del Camino en el sentido escolástico del término. Es decir una
deconstrucción de las tradiciones fagocitadas por una especie de
caminata
que cada uno la hace como lo estima conveniente en relación con sus
motivaciones. Ello se traduce en el hecho de que casi todo lo que se publica en las Redes Sociales sobre el Camino
está anudado a comentarios sobre albergues, etapas, hospitaleros,
mamigrinas
y anécdotas. Pero sin historicidad, sin rutas reconocidas
documentalmente, no hay camino, es decir sin cultura
jacobea
no hay mojones, flechas, ni peregrinos ni caminantes ni turigrinos. Y sin peregrinación stricto sensu no hay camino. En otras palabras, esa caminata que se hace por motivaciones turísticas o deportivas, es camino porque transita por espacios de peregrinación llenas de pisadas de generaciones de peregrinos. Donde no ha habido peregrinación por mucha belleza que tenga su paisaje, hay solo rutas turísticas señalizadas como cualquier sendero de pequeño o largo recorrido. En definitiva, pese al empeño por marginar la cultura jacobea, la sacralización del espacio y la historia, sin camino reconocido en el sentido ut supra del artículo 73, no hay Camino.
Este
verano quise darme el capricho
de disfrutar del Gaudí
fuera de Cataluña, hacer el Camino Lebaniego y el Vadiniense y
llegar a Santiago de Compostela por el Camino de Invierno. Desde
Santillana del Mar hasta Santiago: El Capricho de Comillas, Botines
en León y el Palacio Episcopal de Astorga. Pero no es mi intención
recrear ni recrearme
en
la experiencia. El propósito es hacer una reflexión sobre qué es
lo que necesita un camino para que se popularice.
Y
mi respuesta es heterodoxa. Lo
prioritario no es la apertura de albergues, publicidad y la
implicación de las Administraciones. No estoy afirmando que no sea
necesario todo esto, sino que el prius
es el reconocimiento y la transmisión de la cultura de un camino.
Elías
Valiña señalizó
el Camino Francés, convenció a los sacerdotes para que facilitasen
pernoctar en sus parroquias a los peregrinos y sistematizó
el Camino en las primeras jornadas jacobeas celebradas en Jaca
1987. En otras palabras, lo primero que hizo fue un estudio
histórico -tesis doctoral- del Camino, lo señalizó, convenció a
los suyos
y sacó las credenciales como carta
de presentación
del peregrino. Las bases históricas, culturales y el sentido de la
peregrinación, fueron lo primero.
Después vinieron la literatura
y
el cine y los hospitaleros
que impulsaron el Camino. Poco a poco, más pisadas de peregrinos...
y cuando ya fueron muchas las pisadas, la empresa privada y la Xunta
vieron oportunidad de
negocio, y se abrieron albergues. Hoy el fenómeno del Camino Francés
y en menor medida de otros caminos es una invasión
como profetizó Valiña. En otras palabras, el Camino tal y como lo conocemos hoy, es el fruto de un proceso
ilustrado:
estudio-información-cultura; reflexión y práxis y por último, uso
público de la reflexión, sus conclusiones y estrategias, para popularizarlo.
Si
he mencionado mi capricho
de camino, es porque la experiencia de caminar por tres caminos muy
solitarios en el mismo mes (julio) y año (2017): lebaniego, vadiniense e invierno,
me ha despertado de mis
sueños dogmáticos.
El lebaniego ha estado muy bien promocionado, ha habido mucha
información institucional, implicación del Gobierno de Cantabria,
dotación de albergues, app
del Camino, wifi y señalización. El resultado, poca gente haciendo
el camino: siete personas pernoctamos en Cades y Cicera. El
vadiniense aún más solitario pero con la diferencia de que es un
camino sin reconocimiento oficial alguno, bien señalizado desde
Fuente Dé pero sin mojones. Te quedas con el paisaje y el paisanaje
y con el apoyo de la Asociación
del Camino Vadiniense de Cistierna. En mi opinión, lo que le
falta al camino lebaniego no es ni paisaje, ni paisanaje, sino esos
hospitaleros comprometidos, que te hacen
vivir la emoción del camino, que
transmiten cultura de camino, y te la contagian. Sin poesía, sin
poetas, sin cenas de convivencia, sin jornadas lebaniegas, sin mamigrinas, por mucha publicidad y empeño institucional, no hay meigas
que te hagan vivir un camino donde el
viento moja y la lluvia despeina.
El
Camino de Invierno aunque solitario aún, está en su primavera.
Si no arranca,
es porque no hay albergues, se comenta casi de manera unánime. No
estoy de acuerdo. El
Camino de Invierno ha seguido la misma estrategia de Valiña.
Documentación histórica, jornadas de estudio, reflexión,
estrategia para su reconocimiento oficial e implicación de personas
entusiastas que te ponen las tapas y el cariño
en cada etapa. Cuando
el camino tenga cada vez más huellas de pisadas, vendrán los
albergues, especialmente el más necesario, el de Monforte de Lemos y
la iniciativa privada. Pero el Camino tiene su documentación
histórica, su reconocimiento, sus guías impresas y on
line y sus parroquias
para pernoctar, es decir hostales y personas implicadas que te
alojan y transmiten cultura. El mismo esquema ilustrado que el Camino
Francés en su renacer. El árbol está plantado y es cuestión de tiempo y no de urgencias, disfrutemos de este instante, de la mejor opción para llegar a Santiago de Compostela con total tranquilidad, sin masificación y recorriendo las Médulas, el Sil, el Miño y el Monte do Faro.
Caminante
SÍ hay Camino de Invierno, y pisas huellas que te llenan de energía,
y sinergias, hay
física
cuántica, hospitaleros,
mamigrinas, difusoras del camino y su almagrina
Asunción Arias
Arias quien trasciende el concepto de mamigrina, porque es mucho más, es persona de luz, de integridad moral, de entusiasmo, de trabajo diario, de acogida, de conocimiento, de sabiduría, es la tesis doctoral de Valiña hecha mujer.
Hay
mamigrinas: Soledad
Astandoa Blanco en
Borrenes y Carla
Paula Morais en
Sobradelo; hospitaleros: Emiliano
García Meijome en
Lalín
y Andrea
en
Dornelas;
una mamigrina desviada
del Camino
Pilar
Suarez Barreiro
hoy en el francés en A
Ponte de Ferreiros; mujeres entrañables como Socorro en Las
Médulas y Pacita en A Ponte Barxa de Lor y una Presidenta de una de
las Asociaciones del Camino Aida
Menéndez Lorenzo
gran comunicadora y divulgadora del Camino de Invierno. Y también un rincón junto al kilómetro cien del Camino para descansar antes de la bajada espectacular a Belesar.
El
Camino de Invierno cuenta además con tres asociaciones:
-Asociación del Camino de Invierno por el Bierzo.
-Asociación del Camino de Invierno por el Bierzo.
-Asociación
del Camino por Valdeorras.
-Asociación
del Camino por la Ribeira
Sacra.
El
camino está hecho,
está en su primavera, y hay otras personas aparte de las que han
luchado por su reconocimiento y que he citado aunque en las menciones no están todos los que son, pero sí son todos los que están, que ya escriben sobre
este Camino transmitiendo su poesía
como Nieves
en el Clímax
del Caminante...vendrán huellas de pisadas...y se abrirán
albergues. Y hasta que eso
llegue, disfrutemos de un camino virginal y lleno de magia, a
sabiendas de que si alguno de los ríos que te acompañan no
desembocan en tu a-mar,
puedes cambiar de río, seguro que llegarás al a-mar. Buen Camino.
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