En
estos meses del año (de mayo a septiembre), muchas personas se
plantean peregrinar a Santiago y por cualesquiera
razones, toman la determinación de hacer el Camino los cien últimos
kilómetros a pie, para ganar la Compostela (nunca la compostelana), o el certificado de bienvenida.
Vamos
a hacer un pequeño resumen de todos los puntos de inicio reconocidos
por la Oficina del Peregrino, subrayando que el motivo de la
peregrinación ha de ser religioso o espiritual (aunque sea en
sentido de búsqueda).
Diferenciamos
el Camino de Santiago del Camino a Santiago. El primero conlleva una
peregrinación religiosa; el segundo iniciática, cultural, deportiva,
histórica, etc. Hacer el Camino de Santiago pietatis causa,
nos fusiona con las religiones exotéricas (con x), es decir, las
religiones del Libro que conocemos (islam, judaísmo, cristianismo),
lo sagrado está fuera de mí, en la Biblia o el Corán, es externo,
una cuestión de creencias, no de evidencias; hacerlo por motivos de
búsqueda nos entronca con las religiones esotéricas, de lo oculto,
lo interno, sin sumisión dócil a ningún dogma.
Y
tal vez hay que empezar por creer en el misterio, en el hecho de que
visitamos la Tumba del Apóstol Santiago el Mayor y vamos a darle el
abrazo simbólico en la Catedral, y nos mantenemos ajenos al debate sobre si reposan allí sus restos. Sea como fuere, Santiago de Compostela
nació directamente de un milagro.
Subrayamos
también la diferencia entre peregrino, caminante y turigrino. Para el caminante
lo importante es el camino, para el peregrino la meta; para el
caminante lo importante es vivir la experiencia; para el peregrino, volver a casa
renovado espiritualmente. Para el turigrino no hay motivación de homo viator ni de búsqueda de camino de luz, simplemente algo lúdico en sentido extenso con independencia de si lo hace como una forma de turismo barato y de si respeta o no las reglas de juego.
De
manera que para quienes pretendan disfrutar del Camino, llegar a la
meta, realizar la peregrinación pietatis causa
o por razones culturales o deportivas, y solo puedan caminar desde
uno de los kilómetros cien reconocidos, detallo los puntos de inicio
posibles:
- Camino Francés- Sarria.
- Camino Portugués- Tuy.
- Camino Inglés- Ferrol.
- Camino Primitivo- Lugo.
- Camino Mozárabe Sanabrés.- Orense.
- Camino del Norte- Baamonde.
- Muxía-Fisterra (si se realiza la etapa entre ambas localidades).
- Camino de Invierno - Monforte de Lemos.
Creo
que lo acertado es que cada uno se pregunte
y no pregunte. En otras palabras, pedir consejo a otros
peregrinos, es preguntarles por
su experiencia y de lo que se trata es de que hagas tu
camino. Es
bueno interesarse y buscar información en relación con las etapas,
albergues, lo que debes llevar en la mochila, etc. Y es bueno
reflexionar
sobre lo que uno busca. En última instancia la pregunta es ¿lo hago
solo
o en compañía?, y un miedo, ¿me perderé
en el camino y es peligroso hacerlo?
Con
independencia de las motivaciones personales, es preciso diferenciar
la forma de realizarlo entre
quienes hacen la peregrinación contratando unos servicios de
hospedaje, transporte de mochilas, desplazamientos, grupos
organizados, etc. sobre los que solo cabe decir que hacen el Camino
de una forma respetuosa, compatible y sostenible, de los pícaros que
utilizan los albergues públicos para hacer un turismo barato,
desplazándose con transporte público y vehículos de apoyo, y que
privan de la cama al peregrino que llega reventado al refugio. Mi
apoyo a las empresas y a las personas que organizan esta aventura.
Sobre los listillos, no comment. En definitiva, como
dijo Spinoza: “Ni nos reímos, ni nos entristecemos, ni nos
carcajeamos de experiencias humanas, simplemente tratamos de
entenderlas”, pero la estética y la ética del esfuerzo
te llevan al Pórtico de la Gloria
y las trampas a
jugar al solitario con la baraja del autoengaño. Buen Camino.