“Cada vez que la humanidad tenía que elaborar una nueva organización social, adaptada a una nueva fase de su desarrollo, el genio creador del hombre siempre extraía la inspiración y los elementos para un nuevo adelanto en el camino del progreso, de la misma inclinación, eternamente viva, a la ayuda mutua. Todas las nuevas doctrinas morales y las nuevas religiones provienen de la misma fuente. De modo que el progreso moral del género humano, si lo consideramos desde un punto de vista amplio, constituye una extensión gradual de los principios de la ayuda mutua, desde el clan primitivo, a la nación y a la unión de pueblos, es decir, a las agrupaciones de tribus y hombres, más y más amplia, hasta que por último estos principios abarquen a toda la humanidad sin distinciones de creencias, lenguas y razas”. -Kropotkin. El apoyo mutuo. Un factor de la evolución-.
A
Darwin le preocupaban dos piezas del puzzle de la teoría de la evolución: el altruismo y las colas de pavo
real. En otras palabras, ese apoyo mutuo
que nos damos las personas y también las especies animales; y el
colorido de las plumas porque convierten al pavo real en diana
llamativa para sus depredadores,
consume recursos energéticos y le impide una locomoción eficaz.
Pero la solución? que dio Darwin fue que si bien eran un obstáculo
para la supervivencia de la especie, el colorido de sus colas atraía
a las hembras y permitía tener mayor prole.
Pintando el Camino en rosa comparte
las mismas preocupaciones que tendría Darwin: el altruismo para con
los niños enfermos de cáncer y el colorido
rosa llamativo, fácil diana para depredadores
y desinformados que piensan que el Camino se señaliza con flechas
rosas y se mercantiliza.
Amparo
Alcaraz se inició en el Camino de Santiago en el 2010 y comenzó a regalar
flechas amarillas de tela a los peregrinos. En el año 2016 confecciona
flechas rosas con la finalidad de destinar los fondos de aquellos peregrinos
que quisiesen hacer alguna aportación voluntaria a una causa
solidaria, y contacta con Mocho para que la asesorara por ser el creador de uno de los símbolos en el Camino de Santiago -la mano de la amistad-. A Mocho le encanta la idea y fabrica motu proprio 1200 manos de color rosa con la misma finalidad y filosofía: las flechas amarillas y las manos amarillas,
se
regalarían;
las flechas rosas y las manos rosas aceptarían
donativos
de peregrinos.
Ernesto
Boixader, miembro de la Junta Local de Aspanion Vila-real, Frank García y Juan José Lliberós marido de Amparo colaboran en el proyecto y deciden que
sea Aspanion -Niños con cáncer de
la Comunidad Valenciana integrada en la Federación española de
padres con niños con cáncer- la ong
con la que se colaboraría con las aportaciones solidarias
recaudadas. Amparo escribe después un cuento que edita y publica
Aspanion
e
idea un lema Pintando
el Camino en rosa para organizar marchas y eventos en las Redes Sociales con la finalidad de divulgar, sensibilizar y conseguir fondos para proyectos, necesidades y sonrisas de niños. El Camino Inglés de 2017 del grupo de peregrinos que aparecen en la fotografía, ha sido el segundo camino solidario pintando el Camino en rosa y camino de concienciación.
El
Camino igual que la filosofía, terminan arruinando la realidad, uno
con la pretensión de desposeer de todo rastro de cultura jacobea y
tradición al propio Camino convirtiéndolo en caminata
ad libitum;
y la otra como afirmó Hegel con sus construcciones abstractas. Por
eso la reconciliación ha de hacerse en un mundo
Ideal
en expresión hegeliana. Con Platón vivimos en la astucia
de la Idea
-seguimos siguiendo a Hegel- pero en el Camino, con
los caminos inescrutables del Señor,
con la astucia de Santiago. Porque pintando
el Camino en rosa
es exactamente eso, otro milagro, sin mirabilia
como los que las leyendas y tradiciones medievales nos describen.
No
hay flechas rosas pintadas en mojones ni piedras ni árboles, los elementos materiales que convierten a pintando
el camino en rosa y
que los diferencian de todas las causas solidarias que agrupan a
peregrinos en multitud de fotografías y grupos que vemos posando en
la Plaza del Obradoiro, son la mano
solidaria de
Mocho, que es la de color rosa a diferencia de la de color amarillo
que es la mano
de la amistad, y
la flecha de tela rosa.
Hacer
una peregrinación
solidaria es
una forma
de
hacer una vicarie
pro
-peregrinación vicaria en nombre de otra persona que no puede
realizarla como Denise
Pikka Tiem hecha en su nombre por Lino
Schifano- con la esperanza de que los niños de Aspanion
recuperen
la sonrisa y la salud y puedan hacer el
Camino.
Con
la mano de Mocho afirmamos que estamos de acuerdo con Kropotkin: el
mundo es mejor con apoyo
mutuo y amistad;
y con la flecha
rosa
tranquilizamos
a Darwin,
pese a lo llamativo de su colorido, y sus depredadores,
la
solidaridad
se reproduce mejor.
Mi reconocimiento a Aspanion por su
gran labor y a esos padres, y mi sonrisa y oraciones para los
niños con cáncer.
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