Y
yo me pregunto, ¿qué es ser un gran peregrino? ¿Uno que haya hecho
mil caminos? ¿Uno que solo vive por y para el Camino y no hay
nada más que llene su vida que el Camino? ¿El que cargue con la
mochila y más días esté caminando? ¿El que se conozca los nombres
de todos los albergues y el de sus hospitaleros?” Carolina.
“No
entiendo la persecución que hay últimamente contra aquellos
peregrinos que recorren los últimos 100 kilómetros desde Sarria.
Acabo de terminar mi noveno camino, conozco todos los caminos que
llevan a Santiago, he vivido experiencias para todos los gustos y no
soy ni más ni menos peregrina que los demás. El camino no deja de
ser una opción más en la vida, cada uno es libre de elegir cuantos
kilómetros quiere o puede recorrer ya sea por gusto, por limitación
física, por falta de días, etc... Creo que el respeto está ante
todo, cada una de las personas que me he cruzado en mis caminos son
únicas y tienen una historia y un porqué
de su peregrinación detrás, no soy yo quién para juzgar si su
peregrinación es mejor o no que la mía. En el camino primitivo
desde Oviedo conocí a una chica que salió andando desde su casa en
Munich, llevaba más de dos meses andando, ¿eso le hace más
peregrina que yo? ¿Su camino es más válido que el mio? ¿Quién
decide eso? Por muchos caminos y kilómetros que llevemos encima,
siempre habrá alguien que nos supere. ¿Y entonces qué? Por cierto,
a los que se os hace insufrible el camino desde Sarria, hay más
opciones, no todo se reduce al Camino Francés. La mayoría de los
que hacen Sarria-Santiago desconocen que hay otras
opciones para recorrer los 100 kilómetros y acuden a este por
ser el más conocido y el que está mejor preparado, simplemente eso.
Soy consciente de la masificación, intento evitarla haciendo otros
caminos, pero si no tengo otra alternativa, tampoco dejo que eso nuble mi camino, es
una situación más, solo hay que adaptarse”. Carla.
“Son palmeros los que van a
Tierra Santa; romeros los que van a Roma; por peregrino
en
sentido estricto, no se entiende sino el que va a la casa de Santiago
o vuelve de ella”. -Dante-
“Peregrino es aquella persona que está de viaje en lugar sagrado”. -Elías Valiña-.
“Peregrino es aquella persona que está de viaje en lugar sagrado”. -Elías Valiña-.
"Hay
que recuperar el sentido primitivo de las palabras” - Salvador
Espriu-
En
los foros de las Redes Sociales hay dos debates esenciales en
relación con las rutas jacobeas: la diferencia entre peregrino y
turigrino;
y
el del kilometraje que el Cabildo Catedralicio debería de exigir
para ganar la compostela. Para empezar hay que subrayar que para
conseguirla, hay que hacer la peregrinación por motivos religiosos o
espirituales, o al menos con actitud de búsqueda. Fuente.
En otras palabras, el peregrino es quien camina con dicha causa hacia
el lugar sagrado de la casa de Santiago.
En
consecuencia, diferenciamos el Camino de Santiago del Camino a
Santiago. El primero conlleva una peregrinación religiosa; el
segundo iniciática, cultural, deportiva, histórica, etc. Hacer el
Camino de Santiago pietatis
causa
nos fusiona con las religiones exotéricas
(con x), es decir, las religiones de un Libro revelado por Dios tal y
como las conocemos (Islam, Judaísmo, Cristianismo), lo sagrado está
fuera de mí, en la Biblia o en el Corán, es externo, es una
cuestión de creencias, de fe en la palabra revelada. Hacer el Camino
a Santiago nos entronca con las religiones esotéricas
(con
s), de lo oculto, lo interno, sin sumisión a ningún dogma, y
también con la motivación deportiva, turística o cultural.
Por
tanto, stricto
sensu, el
concepto de peregrino no va anudado a kilometraje alguno ni a si se
lleva consigo la mochila o se la transportan. El Deán catedralicio,
nos recuerda en la misa del peregrino, que todo aquel que llegue a la
Casa de Santiago con independencia de si lo ha hecho a pie, en avión,
en autobús o en tren, es peregrino. De manera que la primera
diferenciación ha de establecerse entre peregrino y caminante. Para
el caminante lo importante es el camino; para el peregrino, la meta.
Para el caminante it´s
better to travel hopefully than to arrive,
como escribió R.L. Stevenson citando un adagio japonés, es decir,
es mejor viajar lleno de esperanzas, que llegar. En otras palabras,
la felicidad está en la salida y no en la meta. Para el peregrino,
su gozo está en la meta, en Santiago visitando la tumba del Apóstol.
En
definitiva, el concepto de peregrino no puede sustentarse sobre la
base de los kilómetros que recorre ni si lleva consigo su mochila, o
hace el camino con reservas de hospedaje. El peregrino es quien
camina con una motivación religiosa o espiritual.
El
hombre como viajero, caminante o peregrino, es homo
viator. ¿Qué entraña esta sinécdoque, ¿que el hombre está
siempre en camino? Propiamente solo podemos predicar del hombre su
condición de viator
desde
una perspectiva teológica. En palabras de San Agustín: “Señor
nos has hecho para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que
descanse en ti”, en definitiva, el fin del viaje del hombre está
en Dios. Homo
viator requiescat in pace.
En
Hegel, el Espíritu es también camino, y para los cristianos, Cristo
es “el camino, la verdad y la vida”-Jn 14,6. Pero a diferencia
del periplo, del viaje concebido como gesta homérica,
el
viaje desde una perspectiva escatológica, es meta-físico. Ulises y
su hijo Telémaco salen en grupo desde Ítaca para volver a su
patria; el peregrino no planifica su Camino como gesta, sino como
transformación, como Camino de Luz. El caminante en cambio, sí que
lo puede concebir como gesta, como superación, como reto.
No
hay viaje sin camino, sin orientación, sin marcas, sin rumbo, y por
ello, no hay viaje irrepetible, sino todo lo contrario, todo camino
es repetible por muchos caminantes.
De
manera que el concepto de
turigrino en
mi opinión es de aplicación para aquellas personas que ni hacen el
camino por motivación religiosa, ni como homo
viator.
Simplemente por esnobismo, por hacer amistades, por enmarcar una
compostela, por hacer una ruta
del colesterol,
o porque le da la gana. Gozan de todo mi respeto. El
debate para mí y para la inmensa mayoría que entendemos y
respetamos a quienes por falta de tiempo, o cualesquiera razones,
solo realizan un kilómetro 100 (sobre todo desde Sarria), es si la
masificación desvirtúa o no el sentido que le dieron al camino
millones de peregrinos en la Edad Media, y el sentido que le dieron
quienes revitalizaron y rescataron del olvido el Camino, como Elías
Valiña. Vivimos en libertad y cada uno lo hace como quiere, puede o
sencillamente le da la gana. Y no nos pondríamos de acuerdo nunca en
quien es peregrino en el sentido extenso que le damos, porque además
el camino está desacralizado para la inmensa mayoría, por no hablar
del olvido de tramos con gran interés artístico e histórico como el francés entre
Burgos y León. Ese es para mí el debate, si la masificación del
camino, lo ha desvirtuado, le ha quitado su esencia. El Camino ya no
puede volver a esos tiempos en los que dormías en la palloza del
Cebreiro en vida de D. Elías Valiña porque la masificación trae
oportunidad de negocio, vivimos en una economía de libre mercado y
las personas pueden hacer su camino en libertad con sujeción a su
marco de valores, estado físico o simplemente como le dé la gana.
Sobre
el debate de exigir más kilómetros para ganar la compostela con el
fin de evitar la masificación veraniega en el tramo de
Sarria-Santiago, simplemente subrayo que es competencia del Cabildo y
que entre los defensores están por un lado asociaciones que añoran o
tempora o mores!,
y por otro los que defienden determinados intereses
económicos.
Resumiendo, en el Camino conviven caminantes, peregrinos, turigrinos y gentes de
toda laya y condición. El caminante tiene como fin el camino; el
peregrino, la meta, la casa del Apóstol; y el turigrino es quien
hace el camino ni por motivación religiosa, ni como homo
viator, y para nada tienen
que ver ni los kilómetros ni la mochila en este debate. Sin embargo
sí que hay que exigir a todos, respeto con el medio ambiente, con los
demás, con las reglas de juego, con la educación y con la
tolerancia. Ser peregrino y caminante es compatible; ser peregrino o caminante con ser turigrino, es incompatible, tertium non datur, pero la actitud en el camino no debe llevar al rechazo o al conflicto, todos cabemos.
En
definitiva, como dijo Spinoza: “Ni nos reímos, ni nos
entristecemos, ni nos carcajeamos de experiencias humanas,
simplemente tratamos de entenderlas”.