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sábado, 18 de junio de 2016

Roncesvalles. El mejor inicio de todos los Caminos de Santiago. La épica de Bernardo del Carpio y Roldán.




 “Yo soy Santiago Apóstol, discípulo de Cristo, hijo de Zebedeo, hermano de Juan el Evangelista, a quien con su inefable gracia se dignó elegir el Señor, junto al mar de Galilea, para predicar a los pueblos; al que mató con la espada el rey Herodes, y cuyo cuerpo descansa ignorado en Galicia, todavía vergonzosamente oprimida por los sarracenos. Por esto me asombro enormemente de que no hayas liberado mi tierra, tú que tantas ciudades y tierras has conquistado. Por lo cual te hago saber que así como el Señor te hizo el más poderoso de los reyes de la tierra, igualmente te ha elegido entre todos para preparar mi camino y liberar mi tierra de manos de los musulmanes, y conseguirte por ello una corona de inmarcesible gloria. El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a liberar mi camino y mi tierra, y a visitar mi basílica y mi sarcófago”. -El sueño de Carlomagno-.
  Contexto histórico.
 Carlomagno diseñó un sistema defensivo de sus fronteras. Según este sistema, los territorios fronterizos que se anexionaban al imperio tenían un estatus diferente y estaban gobernadas por un marqués (de ahí el nombre de marca) que ostentaba tanto el poder civil como el militar. La autonomía que se le otorgaba al marqués permitía respuestas rápidas para sofocar revueltas y ataques en territorios que aún no se habían integrado plenamente al imperio. La Marca Hispánica era el territorio comprendido entre la frontera de su imperio carolingio con Al-Ándalus (al sur de los Pirineos) desde el siglo VIII hasta su independencia en reinos y condados. 
 “La Marca Hispánica iba desde Pamplona hasta Barcelona alcanzando mayor protagonismo la de Pamplona, constituido en el primer cuarto del siglo IX en reino; Aragón, constituido en condado independiente en 809; Urgel, importante sede episcopal y condado con dinastía propia, y el condado de Barcelona.” Fuente.
 La ambición de Carlomagno fue extender sus dominios, y no quiso desaprovechar la oportunidad que se le presentó en el año 777. En ese año se presenta en Westfalia una embajada enviada por los valíes de Zaragoza, Huesca y Barcelona y encabezada por el de Zaragoza, Sulayman ben al-Arabí. Se habían rebelado contra el emir Abderramán I y ofrecieron a Carlomagno su sumisión a cambio de su ayuda militar, una proposición que no podía rechazar. Organiza dos columnas que entran una por el Pireneo catalán y otra por el navarro, toma Pamplona, hace una demolición de sus murallas para no tener resistencia en caso de repliegue de tropas, y se planta en Zaragoza. Pero Zaragoza no abrió sus puertas porque mientras Carlomagno desarrollaba y planificaba la misión, el control de Zaragona había ido a las manos de al-Husain ibn Yahya al-Ansari quien se negó a entregar la ciudad, Sulayman quedó en evidencia y Carlomagno se vio obligado a planificar un asedio para la ciudad. Los francos tenían tropas suficientes pero no tenían avituallamiento y optó por regresar a casa por el camino más corto, por el Pirineo navarro. Coge como rehén a Sulayman y dado que Pamplona carecía de defensas todo auguraba una vuelta plácida. Pero Carlomagno según la tradición sufrió una emboscada en Roncesvalles (tal vez en Valcarlos en la etapa Saint Jean Pied de Port – Roncesvalles caminando por el valle) y unas mesnadas hostiles de gascones cristianos según defiende Vicente José González García, aparecieron por las cumbres arrojando dardos y rocas sobre la columna de retaguardia de Carlomagno y les infringieron una derrota dando paso al poema épico del cantar de Roldán:
 “El rey Carlos, nuestro emperador magno ha estado siete años enteros en España; conquistó la tierra alta hasta el mar, no hubo castillo que se le resistiera, ni muro ni ciudad que no haya destruido, salvo Zaragoza que está en una montaña. La tiene en su poder el rey Marsil, que no ama a Dios pues sirve a Mahoma e invoca a Apolín; pero no puede evitar que no le alcance algún mal. (…)
  ¡Ved cuántos hay, Roldán! Están muy cerca de nosotros y Carlos demasiado lejos. No os dignasteis sonar vuestro olifante; si estuviera aquí el rey no sufriríamos daño alguno. Mirad hacia arriba, hacia los puertos de Aspre, podréis ver la desgraciada retaguardia; quien esté en ella no podrá estar en otra jamás.
  La batalla es terrible y dura. Oliveros y Roldán atacan con valentía; el arzobispo asesta más de mil golpes, los doce pares no le van a la zaga y los franceses atacan en grupo. Mueren los paganos a cientos y a miles: el que no huye no se salva de la muerte; quiéralo o no, deja allí su vida. Los franceses pierden sus mejores protectores; no volverán a ver a sus padres ni a sus parientes ni a Carlomagno que les espera en los puertos. (...)
  Roldán hace sonar de nuevo el olifante, y el esfuerzo le rompe las sienes. Carlomagno lo oye, se apresura y hace sonar los clarines de su hueste. Los sarracenos, al oírlo, dan un nuevo asalto a Roldán y a Turpín, y huyen precipitadamente por temor a la hueste francesa, que ya está muy cerca. (...) Viendo su muerte cercana, Roldán, ya ciego intenta romper su espada Durendal para que no caiga en poder del enemigo, pero su hierro es tan fuerte que se hiende la dura piedra contra la que quiere quebrarla. Hace un elogio de ella, se echa de bruces y la esconde bajo su cuerpo; y tras hacer su confesión, con el rostro vuelto hacia España, ofrece su guante a Dios, que recoge San Gabriel, y muere”.

 Todo esto sucedió en España un 15/8/778 en la que el reino cristiano de Asturias trataba de construirse y el emirato musulmán de Córdoba trataba de no destruirse. Pero...

  Construcción del concepto épico como Historia fenoménica.
 “Toda construcción histórica que no quiera confundirse con un relato mítico érase una vez...debe comenzar por el anacronismo de los fenómenos, por las reliquias, y por quienes las han trabajado”.- Cfr. Gustavo Bueno-.
 Es imposible hablar de Roldán sin su canción épica, sin el Poema de Fernán González, sin el Romancero de Bernardo del Carpio y sin Menéndez Pidal y Vicente José González García. “El poema épico es una historia de acción, la cual concentra sus efectos de significado en el acontecer, dejando de lado ornamentación secundaria. El poema épico escenifica la agresividad viril en virtud a alguna gran ventura. Básicamente, narra un combate y selecciona de sus protagonistas un personaje poco común, el cual provoca nuestra admiración, pese a que puede no salir victorioso en todas las pruebas”.- Paul Zumthor-
Dejemos los franceses a España regresados,
a conquistar la tierra todos muy bien preparados;
volvamos a Bernaldo, por gestas afamado,
que las fuerzas de España había juntado.
Partió Bernaldo del Carpio con toda su mesnada,
si caen sobre moros, los habrían puesto en fuga;
siguieron por un río muy bravo y caudaloso,
de siempre llamado Ebro y así aún se llama.
Fueron a Zaragoza a los pueblos paganos,
pidió Bernaldo del Carpio al rey Marsil
que diese la vanguardia a los caballeros castellanos
contra los Doce pares, de esos pueblos lozanos.
Se la otorgó y se la dio de buen grado,
nunca antes Marsil tal ruego hubo escuchado:
partió Bernaldo del Carpio con su pueblo animado,
de gentes castellanas iba bien protegido.
Tuvo la vanguardia Bernaldo esa vez
con gentes españolas, ¡gentes de gran valer!;
vencieron a los franceses rotundamente allí,
mucho más dura fue que la primera vez.
Estrofas 140-144 del Poema de Fernán González.

  Vicente José González García en su libro Bernardo del Carpio y la batalla de Roncesvalles sostiene la tesis de que en Roncesvalles ocurrieron dos batallas, una en el año 778, acaecida en la vertiente francesa de los pirineos y en la que ni Bernardo ni Roldán podrían haber participado por ser muy niños; y otra, la verdadera, en suelo español, en la cual se produce la muerte de Roldán a manos de Bernardo del Carpio que comandaba tropas en alianza con huestes musulmanas de Marsilio.
  “No se debe a los deseos españoles de presentar un émulo de Roldan ni a lo que decía Marcelin Defourneaux: «La doble necesidad de hacer participar a España en la gloria de Carlomagno y de salvaguardar al propio tiempo el orgullo nacional ha encontrado su expresión en la historia legendaria de Compostela y Oviedo y en la creación del personaje de Bernardo del Carpio”. Vicente José González García.
  Bernardo nace según la Crónica General de España de Alfonso X el Sabio en el 794 fruto de un matrimonio celebrado en secreto entre Sancho Díaz, conde de Saldaña y la infanta Dña. Ximena hermana del rey Alfonso II El Casto, quien al optar por el celibato, tenía reservado para su hermana un matrimonio de alianza posiblemente con Francia.
 La relación marital de Ximena le produce tal contratiempo que decide encerrarla en un convento, y al conde le saca los ojos y lo encarcela en el castillo de Luna en León.
Bastardo me llaman, rey,
siendo hijo de tu hermana;
tú y los tuyos lo dicen,
que ninguno otro no osaba;
cualquiera que de tal dicho
ha mentido por la barba
que ni mi padre es traidor
ni mala mujer tu hermana,
que cuando yo fui nacido,
ya mi madre era casada...
   “Se da un paso más, si es corta la espada”.- Bernardo del Carpio-.
  Según Alfonso X: “Andados XXVII annos del reynado del rey don Alfonso el Casto..., pues que vio que era viejo et de muchos días, enbio su mandadero en poridad a Carlos, enperador de los romanos et de los alemanes et rey de los francçeses, commo el non auie fijos, et sil quisiese venir ayudar contra los moros, quel darie el reyno.”
 “Bernardo, (Bernaldo según el rey sabio), que participa ayudando al rey Marsil de Zaragoza, y apoyado por las tribus vascas, derrota a la retaguardia del ejército imperial en el desfiladero de Roncesvalles, donde muere lo más granado de la nobleza: los Doce Pares de Francia, y entre ellos su paladín Rolando o Roldán a quien reta y mata en duelo singular Bernardo que se hace con la mítica espada Durendal, a la que al sentirse herido el paladín francés, trata de romper golpeando contra una roca, que lejos de romperse, se hunde en la peña sin quebarse”. Fuente.
Cuéntame una historia, abuela.
-Siglos ha, que con gran saña,
por esa negra montaña
asomó un Emperador.
Era francés, su vestido
formaba un hermoso juego;
capa de color de fuego
y plumas de azul color.
-¿Y qué pedía?
-La corona de León.
Bernardo, el del Carpio, un día
con la gente que traía:
¡Ven por ella!”, le gritó...
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
-¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!
-Ventura Ruiz Aguilera.-

 Bernardo del Carpio fue siempre una realidad histórica en la tradición, historiografía, romancero oral y literatura escrita. No obstante José Pellicer de Ossau Salas y Tovar, Pedro Mantuano y Menéndez Pidal terminan negando la existencia del héroe. Pero en 1960, Vicente José González García publica su tesis citada desmontando los errores de los negacionistas. “Si el rey Fruela I al morir el año 768 dejaba dos hijos de corta edad: Alfonso y Jimena, es imposible que diez años después, el 778, apareciera esa joven, Jimena, como madre de un guerrero que vence al más valiente de los franceses. Y esta argumentación pelliceriana trajo como consecuencia que todo lo referente a Bernardo del Carpio se creyera pura leyenda”.
 Según la tesis de Vicente José González Fernández, la primera batalla ocurrió en Valcarlos el 15 de agosto del año 778. En ella mueren Eginardo y Anselmo a las órdenes de Carlomagno. Pero en la que muere Roldán, es en la de Roncesvalles el 16 de junio del año 808 que enfrenta al emperador con tropas hispanoárabes lideradas por Marsilio y Bernardo. Es la participación musulmana en la segunda batalla lo que hace que los francos muertos se consideren mártires, hecho que no se dio en la primera batalla. Este tratamiento diferenciado se puede comprobar estudiando los restos del Silo de Carlomagno o Capilla de Sancti Spiritus de Roncesavalles y los de la Capilla de Ibañeta.



  El mejor inicio de todos los caminos.

  El mejor inicio de todos los caminos de Santiago es el de Roncesvalles. Hemos hecho un recorrido entre la Historia y la leyenda y una construcción del concepto épico como Historia fenoménica. “Paso natural del Pirineo desde los tiempos más remotos, en Orreaga-Roncesvalles se instaló y creció un centro asistencial y alberguería que acogía a los peregrinos tras el duro ascenso de la cordillera y reconducía sus pasos hacia la meta final, ya casi perceptible en sus corazones, de la todavía lejana tumba del apóstol.
 Ambas circunstancias, el trágico descalabro de Roldán y la proyección jacobea, dinamizaron de forma extraordinaria la vida de este enclave pirenaico y dieron a la cultura universal dos obras literarias de singular renombre: la famosa Chanson de Roland y la pormenorizada y peculiar visión de la ruta a Santiago escrita en el siglo XII por Aimerico Picaud, el LiberSancti Jacobi Fuente.
 Fue sin duda Sancho Garcés I (905-925) quien aseguró el trazado jacobeo que discurre por la vieja calzada romana hasta Pamplona, y de allí a Nájera, para continuar hacia el oeste y culminar en Compostela. Fuente.
 Tras el paso de Ultrapuertos, dejando los Pirineos atrás, Orreaga-Roncesvalles significa para el caminante la puerta del último tramo del Camino, a pesar de que todavía restan  780 kilómetros para la meta. Los peregrinos lo consideran el segundo punto principal del Camino de Santiago, detrás de la catedral compostelana por su fuerza histórica y simbólica.
 La pequeña y sencilla capilla gótica localizada junto al Silo de Carlomagno constituye el único edificio que en Orreaga-Roncesvalles rememora el culto a Santiago. Conserva un elemento singular, la campana procedente de la antigua capilla de Ibañeta, donde servía de esperanzador reclamo para los peregrinos que ascendían la cara norte del Pirineo. Y es que la peregrinación a Compostela es, junto al mundo Carolingio, el argumento esencial de Orreaga-Roncesvalles. Fuente.
 Podemos considerar en sentido estricto como primer acto del peregrino, la Misa del Peregrino. Cuando finaliza, el prior de la Real Colegiata o uno de sus canónigos, llama a los peregrinos, cita sus países de origen, y los sitúa delante del altar para darles su bendición. En ese momento, si tu motivación no es religiosa, te ocurrirá como afirmaba Voltaire: comienza por tomar agua bendita, y acabarás creyendo. El texto de la bendición es del siglo XI y todas las bendiciones que se realizan en el Camino son posteriores a la de Roncesvalles.

  Con ocasión del Concordato de 1851 mantuvieron su condición de Colegiatas: Covadonga, Roncesvalles, San Isidro de León, Sacro Monte de Granada, San Ildefonso, Alcalá de Henares y Jerez de la Frontera. Art. 21.4. Todas las demás colegiatas, cualesquiera que fuera su origen, antigüedad y fundación, quedaron reducidas a iglesias parroquiales con el número de beneficiados que además del párroco se contemplaron necesarios, tanto para el servicio parroquial, como para el decoro del culto. 
 Peregrino, si inicias tu camino en Roncesvalles y te contagias de su leyenda, historia y espiritualidad, aunque tu pretensión sea la de hacer el Camino como turigrino, o por motivaciones culturales o deportivas, te sentirás sobrecogido y tu Camino será un camino de luz y de búsqueda de un yo renovado.
  Buen Camino. Ultreia et Suseia.



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