San Miguel Arcángel
San Miguel era conocido por su doble faceta de luchador contra los ángeles rebeldes y de pesador de almas en el juicio final. Pero la Contrarreforma reavivó la devoción a los arcángeles y el triunfo de Miguel sobre el demonio, se identificó con la victoria católica sobre la reforma protestante. De ahí su imagen como un soldado armado a la romana.
Las Sibilas
Las sibilas son personajes de la mitología grecorromana a las que se adjudicaban poderes adivinatorios y que fueron adaptados por el pensamiento cristiano al considerar que habían anticipado la llegada de Cristo.
1. Sibila Délphica: La Anunciación del Señor.
2. Sibila Erithrea: Nacimiento del Señor.
3. Sibila Gimerea o Cumea: Adoración de los Reyes.
4. Sibila Samia: Huida a Egipto.
5. Sibila Helespóntica: Bautismo de Cristo en el Jordán.
6. Sibila Cumana o Amaltea: Resurrección de Lázaro.
7. Sibila Líbica: Entrada de Jesucristo en Jerusalén.
8. Sibila Pérsica: Coronación de espinas en el Atrio del Pretorio.
9. Sibila Frigia: Caída del Señor con la cruz a cuestas
10. Sibila Tiburtina: La Crucifixión.
11. Sibila Európica: La Resurrección.
12. Sibila Agripina o Egipcia: Juicio Final.
En los territorios de El Argar, Unetice y Otomani-Füzecsabony se levantaron los primeros núcleos del continente con rasgos urbanos: alta densidad de ocupación, marcadas diferencias de tamaño y función entre edificios, organización de las casas por barrios y presencia de construcciones públicas como almacenes, cisternas y recintos rituales. Los talleres de forja, molienda, procesado de animales o tejeduría dan testimonio del nivel de especialización y la intensidad económica. En los territorios de El Argar y Unetice se han encontrado grandes edificaciones relacionadas con las élites emergentes. Muchos poblados de los Cárpatos y el sudeste peninsular estaban protegidos por murallas o por la propia topografía del terreno.
La creación de cuerpos especializados en la acción militar permitió a las élites imponer sus privilegios y perpetuarlos en el tiempo. La monumentalidad de las sepulturas y la suntuosidad de los ajuares funerarios de los primeros reyes y reinas de la Edad del Bronce subraya el papel de ellos como líderes guerreros y de ellas como dirigentes.
La perduración de las formas de enterramiento y la composición de los ajuares durante generaciones da cuenta de la estabilidad de los linajes dominantes, el hecho de que los mismos tipos de joyas emblemáticas se den en las tumbas de adultos y de niños ponen de manifiesto los esfuerzos por hacer hereditario el poder.
A medida que se consolidaban los derechos de algunos linajes sobre la propiedad, fue creciendo la importancia de las mujeres en la transmisión de estos derechos a las generaciones siguientes. La práctica de la exogamia femenina detectada por los estudios arqueogenéticos supone que las mujeres abandonaban su lugar natal al alcanzar la edad adulta. Esto las convertía en piezas esenciales para mantener lazos entre amplios territorios y comunicar conocimientos cruciales para la vida social.
Hacia 1550 a.C., los primeros estados o "reinos" de la Edad del Bronce se desmoronaron. A los cambios en los circuitos comerciales, tanto mediterráneos como continentales, se unió el agotamiento de determinados recursos. Sin embargo, la desigualdad social y la explotación económica extremas debieron ser aún más decisivas. Las revueltas de la mayoría de la población contra las élites se manifiestan en el abandono de los asentamientos más destacados, la ocultación de objetos de gran valor simbólico, como el disco celeste de Nebra, y el cese de la construcción de tumbas "principescas" e incluso su saqueo.
En la foto, el sombrero de Schifferstadt -Museo de Historia del Palatinado-Speyer- (Alemania) y el disco celeste de Nebra -Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale, Alemania)-.
Dalí Metamorfosis
En la conmemoración del centenario del primer manifiesto surrealista por André Breton en 1924, la exposición "Dalí Metamorfosis" homenajea a su más eminente representante.
La riqueza creadora de Salvador Dalí se evidencia en sus primeros dibujos, y su proverbial maestría técnica se trasladará pronto a sus óleos y grabados. La literatura, inagotable fuente de inspiración, le lleva a ilustrar algunos de las grandes obras universales. Su fascinación por la moda hace que diseñe escaparates de los mejores almacenes de Nueva York y traslade esa fascinación por lo efímero a la pintura y a la creación de escenografías, como la ideada para el ballet Le Tricorne, de Manuel de Falla. En el corpus de su obra, el tiempo y las transformaciones que se suceden en él, irán siempre más allá de la forma.
André Breton comprende de manera inmediata las fascinantes posibilidades de las páginas de Lewis Carroll, incluso más allá de las de la propia novela Alicia en el país de las maravillas. El padre del surrealismo se sirve de ellas para demostrar la validez de sus teorías, añadiendo a Carroll a sus reivindicaciones de Hegel, Lautréamont, Rimbaud o Sade. Así, se encargará de incluir los textos de Carroll en las más afamadas publicaciones surrealistas y bendecirá al autor para siempre con la entrada de su famoso diccionario.
Tengamos en cuenta que la novela de Carroll accede, presenta y cartografía un aspecto esencial para los surrealistas: la maravilla. "Era tarea del surrealismo hacer balance de lo maravilloso en 1930", escribió Louis Aragon en "La pintura ante el desafío". Junto al sueño, en Alicia está presente también la locura, cuyas leves fronteras con la razón fueron exploradas en Nadja, la novela documento médico de André Breton, y que hallamos esbozadas por el Gato de Cheshire. El acertijo no resuelto con el que el sombrerero comienza el capítulo VII, "¿en qué se parece un cuervo a un escritorio?", nos recuerda necesariamente la expresión de Lautréamont a la que aludía Ernst para explicar uno de los procesos surrealistas: "Hermoso como el encuentro causal en una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas". Al fin y al cabo, una curiosa sinécdoque de las propias peripecias de Alicia, el encuentro fortuito de dos realidades distantes a un nivel no convencional.
Si solo lo maravilloso es bello, como escribió Breton, la belleza de las cosas es fruto de la búsqueda de la maravilla. La belleza convulsa, la belleza transformada o la transformación del ideal de belleza como desvelamiento de lo oculto forma parte de la trayectoria creativa de Dalí, culminando en un inconfundible estilo en el que se unen la tradición, el misticismo, la ciencia y el onirismo que permiten acceder a otra realidad.
La Divina Comedia
Las bases de la cultura occidental se conforman en los modelos fijados en libros, La Ilíada, La Odisea, la Biblia, inician junto a otros textos un camino en el que historia y estética avanzan hasta hoy sin abandonarlos, en continuas alusiones y revisitaciones a estas páginas que constituyen el paradigma de nuestra cultura. En esa categoría de grandes cánones, La Divina Comedia de Dante ocupa un lugar fundamental. El encargo de ilustrar La Divina Comedia, en 1950, permite a Dalí formar parte de una tradición pictórica que parte del propio Renacimiento con Giotto, Botticelli o Miguel Ángel con la mirada puesta en el Renacimiento. En dicho trabajo contemplamos cómo suma a sus características imágenes oníricas, el interés por el misticismo y el clasicismo, presentes en su producción desde su regreso de Estados Unidos.



