La
Gabriela
Bar,
Bollería, Pastelería
ADUANA
Este
establecimiento no necesita elogios. Por sí solo se recomienda por
sus exquisitos vermuth, cerveza, variados aperitivos, montilla,
refrescos espumosos, y sus famosas tortas y pastas, viéndose a
diario muy concurrido de distinguido público.
ADUANA,
8
-Carlos
Luna 1919-
Por Reyes y Semana Santa mi calle estaba muy concurrida para comprar el roscón y el hornazo que elaboraba Gabriela y los vecinos y chiquillos la ayudábamos en esos días. Pese a que en diciembre de 1966 abrió SIMAGO en Puertollano, tardarían mucho los supermercados en vender roscones y hornazos industriales.
Este
cartel ha formado parte de mi educación sentimental. Gabriela Nieva
Mozos lo exhibía en la sala junto al horno donde despachaba magdalenas, tortas y rosquillos en la calle San José a escasos metros del Colegio
Gonzalo de Berceo enfrente de la de mis padres. Hoy lo conserva entre sus recuerdos en su casa de la calle Santísimo enmarcado junto al cartel
publicitario de la cafetería que regentó su familia. Estaba ubicada en la calle Aduana 8 en los bajos del edificio de la radio de Don Pedro, tenía tres puertas de acceso y el aliciente de disponer del primer letrero luminoso de Puertollano.
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No he vuelto a comer rosquillos como los que elaboraba mi vecina Gabriela, y mi magdalena proustiana particular mojada en el chocolate (hubiese sido un pecado mojarla en el té) me evoca recuerdos que aún puedo degustar cuando la visito porque no ha dejado de hacerlas para amistades, aunque el sabor del horno de leña y jara les daba un sabor que me lleva a un viaje por la infancia con olor a pan transportado en los serones de mimbre del burro de Antonio, el panadero que nos lo vendía a domicilio.

Un beso con todo cariño y gratitud para ti Gabriela.