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martes, 23 de enero de 2018

Iconografía de Santiago el Mayor. Teobiosis integral




Tantos pendones blancos salir bermejos en sangre.
Tantos buenos caballos sin sus dueños andar.
Los moros llaman: ¡Mafomat! 
Y los cristianos: ¡Sant Yaguo!”
                 -Cantar de Mío Cid-.


  “De no haber sido España sumergida por el Islam, el culto a Santiago no hubiera prosperado. Mas la angustia de los siglos VIII y IX fortaleció la fe en un Santiago hermano del Señor, que, como un renovado Cástor, habría de lograr innumerables victorias, jinete en su blanco y radiante corcel. Otras circunstancias harían luego que lo que en otras partes fue milagro ocasional y anecdótico, se convirtiese en un muy necesario auxilio, a tono con formas de creencia olvidadas de los confines entre cielo y tierra, entre el prodigio y la realidad de la experiencia. Aparece, en efecto, con la creencia en Santiago un tipo de existir originalísimo, algo que llamaré teobiosis integral, sin exacto paralelo en la Europa cristiana, aunque tal vez sí en los estados musulmanes e israelita en donde se confunden las nociones de Estado y Religión. El culto a Santiago no fue un simple rasgo de piedad, utilizado luego en la lucha contra el moro. La verdad es, por el contrario, que tal creencia salió del plano humilde del folklore y asumió dimensión incalculable como respuesta a lo que estaba aconteciendo en el lado musulmán: a una guerra sostenida y ganada por la fe religiosa, se intentó oponer (no racionalmente claro está) otra fe bélica, grandiosamente espectacular, apta a su vez para sostener al cristianismo y llevarlo al triunfo. Del mismo modo que imitaban subconscientemente a los musulmanes quienes se llamaban a sí mismos cristianos (étnica y nacionalmente) -y no godos o hispanos-, así también se establecería una correlación en cuanto al uso bélico de las creencias”. -Américo Castro. La realidad histórica de España.-
 La iconografía del Apóstol matamoros en el contexto de la Reconquista, fue la respuesta a un proceso de legitimación política de los reinos cristianos peninsulares. La aparición de la tumba de Santiago fue su eje vertebrador simbólico y propagandístico. Lo esencial es subrayar que nuestro Apóstol encarnó la lucha contra la herejía musulmana y  la recuperación del territorio invadido por los sarracenos. En otras palabras, fue el catalizador de una estrategia de reconquista que anudaba la religión y la espada de los reinos cristianos en un proyecto que se convirtió en una teobiosis integral como la definió Américo Castro.

  La batalla de Clavijo.
 Tras la muerte de Silo, accede al trono de Asturias el hijo bastardo de Alfonso I, Mauregato a quien se le atribuye el tributo de las cien doncellas. Su sucesor Raimundo I sustituye este pago por dinero y después Alfonso II el Casto se niega al pago y derrota al moro Mugait en la batalla de Los Lodos. A la muerte de éste, las huestes sarracenas de Abderramán II vuelven a exigir el tributo a su sucesor Ramiro I quien se vio obligado a replegarse en el collado de Clavijo (Logroño), donde se le aparece en sueños el Apóstol Santiago.
 Seguimos la Primera Crónica General de Alfonso el Sabio en la edición de Ramón Menéndez Pidal: “ Mauregato, por auer siempre el amor de los moros, fizo muchas cosas que eran contra Dios et contra su ley: ca tomava las donzellas fijas dalgo et de las otras del pueblo, et davalas a los moros que fiziessen con ellas sus voluntades. E por esto que el fazie fue aborrecido de Dios et de los omnes. (…)
  Andados II annos del regnado del rey don Ramiro -et fue esto en la era de DCCC et LX annos, et andaua entonces ell anno de la Encarnation del Sennor en DCCC et XXII annos- (…) enviaronle pedir los moros que les diessen cada anno donzellas... assi cuemo qe les diera el so rey Mauregato en su tiempo. (…)  El rey don Ramiro, quando esta demanda de los moros le uino daquellas donzellas quel pidien, fue muy sannudo ademas por cosa tan mala et tan descomulgada como aquella quel enuiaran demandar; et por el gran pesar que ende ouo, allego luego su corte, et auido so conseio, saco luego muy gran hueste, et non dio a los moros respuesta ninguna daquello quel demandauan. (...)
  Mas los cristianos, por que eran muy pocos, ouironse de uencer, ca los moros eran muchos mas que ellos. Los cristianos fueronles tornando las espaldas poco a poco, et tirandose afuera, los moros siguiendolos todauia, fasta que llegaron a un otero que dizien Clavijo. (...) Los cristianos acogieronse a la cabeça daquell otero, et estando alli todos llegados en uno, rogaron a Dios de todos sus coraçones, llorando mucho de los oios, faziendo priezes et rogando que los non desamparasse. (...) Et ellos faziendo sus orationes assi como dezimos, adurmiose el rey don Ramiro, et apparecio en suennos ell apostol sant Yague et dixo: sepas que Nuestro Sennor Jhesu Cristo partio a todos los otros apostoles mios hermanos et a mi todas las otras provincias de la tierra, et a mi solo dio a Espanna que la guardasse et la amparasse de manos de los enemigos de la fe. Pues que el apostol ouo dicho al rey don Ramiro estas palabras, allegose mas a ell, et tomol a la mano et apretogela yaquanto et dixo de cabo: rey Ramiro, esfuerça en tu coraçon, et sey bien firme et fuerte en tus fechos, ca yo so Yague, ell apostol de Jhesu Cristo et uengo a ti por ayudarte contra estos tus enemigos. Et sepas por uerdad uençeras en la mannana con ell ayuda de Dios a todos estos moros que te agora tienen cercado. Et digote que tomaran y muerte muchos de los tuyos, a los que esta apareiada la gloria de Dios et la su folgança que siempre durara. Et por que non dubdes nada en esto que te yo digo ueer medes cras andar y en la lid en un cauallo blanco con una senna blanca, et gran espada reluzient en la mano. (...) El rey don Ramiro desperto luego que ell apostol se tiro delante, et fizo luego llamar los obispos et los abades et todos los altos omnes de su hueste, et dixoles aquella uision  que uiera. (...) Los cristianos, quando vieron a sant Yague, començaron a ferir en los moros muy de rezio, dando grandes uoces et diziendo: Dios, ayuda, et sant Yague. Los moros fueron luego all ora uençudos; et murieron y bien LXX ucezes mil dellos, assi como cuenta la estoria".
                                     Aparición del apóstol Santiago al rey Ramiro.

  En la construcción de la leyenda se aprecian la legitimación de la guerra contra los musulmanes por obligar a los cristianos a atentar contra la Ley de Dios exigiendo la entrega de doncellas vírgenes; el paraíso para los cristianos muertos en combate, y la doble aparición de Santiago primero en sueño a Ramiro y después capitaneando a las tropas en la batalla. El apóstol ya se había aparecido también en sueño a Carlomagno pero el novum de Clavijo tuvo como resultado una teobiosis integral: la espada flamígera y el libro que acompaña su iconografía a lomos del caballo blanco o como peregrino. Pero en el arranque del culto popular a Santiago fue antes la espada que la devoción, y una fe bélica que dio alas, como el thymós de los espartanos que les atribuyó Platón, antes que una fe teológica. Parafraseando a Goethe, en la tradición jacobea, en el principio no fue el Verbo, fue la acción.

   El voto de Santiago.
   "Andados tres annos del regnado deste rey don Ramiro... cuenta la estoria que llamo alli entonces el rey don Ramiro los obispos et los abades que fueran con ell en aquella fazienda que ouiera con los moros, et ouo su conseio con ellos, et fue este su acuerdo que establecieron: que de quantas yugadas de bueys ouiesse en tierra de cristianos, que diessen de cada una sennas medidas de pan como por primicia a los clerigos que siruiessen a la eglesia de sant Yague; et otrossi del uino de cada moyo sennas medidas, et esto que fuese siempre. Otrossi establescieron aun para siempre que de todas las ganancias que fiziessen caulleros cristianos et los otros omnes de armas en sus huestes et en sus lides que ouviessen con moros, que daquel dia adelante que diessen otrossi a la eglesia de sant Yague como en ofrenda otro tanto como a un caullero cayese en su parte de la caualgada que fiziesen o de la collecha de campo que arrancassen,
  Et en este fecho, quando esto fue prometido a sant Yague et establecido que se cumpliesse, estidieron y presentes II arçobispos: don Dulcidio arçobispo de Cantabria, don Suero arçobispo de Ouiedo; los obispos fueron estos: don Ouieco obispo de Astorga, don Salamon obispo de Orens, don Rodrigo obispo de Lugo, et don Pedro obispo de Yria. Otrossi fueron en este fecho presentes delant omnes de alta guisa et muy buenos: don Ordonno fijo del rey don Ramiro, don Garcia hermano del rey, que era otrossi llamado rey, ca el rey don Ramiro tanto fue de grand bondad et de grand mesura et tanto amaua all hermano, quel fizo consigo compannero en el regnado. Et dalli adelante nunqua osaron los moros iamas enuiar demandar a los cristianos tributo de donzellas, ca malamente los treixera et los crebantera el rey don Ramiro con el esfuerço et el ayuda de sant Yague."
  Por el Voto de Santiago instituido en Calahorra, se ofrecieron al apóstol cosechas y botín de guerra. Tras la conquista de Granada Isabel y Fernando extendieron el Voto al nuevo reino moro incorporado a la Corona de Castilla, que debía sostener un hospital de peregrinos (hoy parador de turismo cinco estrellas, que se alza frente a la catedral). Los liberales en las Cortes de Cádiz abolieron el Voto y nombraron patrona de España a Santa Teresa, pero Fernando VII reimplanta el Voto y a la muerte del rey Felón vuelve a abolirse. En 1937 Franco en plena Guerra Civil publica un decreto mediante el que restaura la Ofrenda como obligación institucional al considerar que España estaba en deuda con el Apóstol y establece el 25 de julio como día de Santiago y de la presentación de la ofrenda. Desde 1976 es el rey quien designa a los delegados regios con una simbólica presentación de la ofrenda durante la misa. Vid.
   Santiago Peregrino.
  La legendaria batalla de Clavijo tuvo lugar circa 844 d.C. La primera representación de Santiago Peregrino que se conoce es la de Santa Marta de Tera datada en el segundo cuarto del siglo XII. Si el culto al apóstol tuvo un origen popular utilizado en la lucha contra el moro, el devenir en esa teobiosis que señaló Américo Castro, derivó en una iconografía jacobea como un devoto peregrino (y no como un caminante en el sentido que hoy les dan muchas personas a su camino), ataviado con bordón, calabaza, sombrero, manto, zurrón, concha de vieira y como elemento diferenciador el libro, el evangelio.
  En dicha iconografía se encuentran dos de los símbolos del camino: la vieira y el bordón que apunta a las estrellas y sirve como un tercer pie simbolizando a la Trinidad. El tercer símbolo del camino, la labra de azabache que conduce a las litofanías y al fetichismo pagano, se sustituye por la Biblia porque Santiago evangeliza la verdad revelada. Las religiones del Libro son exotéricas (con x) lo sagrado está fuera de mí, en la Biblia o el Corán, es externo, una cuestión de creencias, no de evidencias; frente a las religiones esotéricas, de búsqueda de lo oculto, lo interno, sin sumisión dócil a ningún dogma. El pretendido deseo de conocimiento gnóstico, pese a la búsqueda por parte de muchas personas en el camino y de fuente de mucha literatura, stricto sensu es incompatible con la peregrinación. La gnosis es un conocimiento introspectivo de lo divino que es considerado como un conocimiento superior a la fe y que convierte al hombre en autónomo para salvarse a sí mismo, lo cual conduce a una negación de la verdad revelada por Dios.

 Sea como fuere, no podremos nunca prescindir de las reliquias. El culto a Santiago prosperó como una necesidad de fe bélica sobre la base de una fe sin fisuras en el convencimiento de que en Compostela estaba enterrado el Apóstol. La leyenda de Matamoros es anterior al relato escrito de la translatio en el Codex Calixtinus (circa 1160-1180) y de la inventio (Concordia de Antealtares 1077).
   Hoy es políticamente incorrecta la iconografía de matamoros. Y a Santiago se le suele confundir con San Roque, incluso muchas personas que finalizan el Camino no visitan su tumba, ni lo hacen por motivo religioso alguno. Muchos niegan que esté allí enterrado el Apóstol, pero el abrazo simboliza lo exotérico y lo esotérico, la creencia y el escepticismo, la tradición y la modernidad. Y en nuestro tiempo histórico, el abrazo representa igualmente a Occidente y a la libertad y la igualdad entre hombres y mujeres.Sic transit.
  

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