En
la primavera de 1741 en Inglaterra se acuñó una moneda con la
leyenda: “la arrogancia española humillada por el almirante
Vernon” que conmemoraba la victoria de la Armada
Invencible inglesa
sobre el Almirante Blas de Lezo en Cartagena de Indias, saliendo
arrodillado en una de sus caras. Los antecedentes de la batalla, más
allá del rigor o de su pretexto suele situarse en el episodio de la
oreja de Jenkins. La batalla comenzó el 13 de marzo y terminó
el 20 de mayo. La flota inglesa estaba compuesta por 27000 hombres y
186 buques de guerra, la flota más grande de la historia tan solo
superada en el desembarco el día D en Normandía. Fue la mayor
derrota moral infligida a los ingleses y el rey Jorge II ordenó
retirar las monedas acuñadas y que no fuese referenciada por los
historiadores ingleses.
“Los
matrimonios de Zeus trajeron el reino de la belleza, el orden y la
memoria a este mundo. Su unión con Eurítome, hija del Océano y
Tetis, estableció el reino de la belleza, pues de ella nacieron las
Cárites. Su boda con Temis, la gran diosa que personificaba la ley
de la naturaleza, resultó en las tres Horas, señoras de la sazón y
del tiempo justo, que reforzaron las reglas que forman el orden
natural del mundo. Su unión con Mnemósine, quien le alumbró las
nueve Musas, desarrolló la memoria gracias a las artes de sus nueve
hijas. Desde los tiempos del matrimonio de Zeus con Hera existe una
soberanía del cielo sobre nosotros los hombres, en la que un dios y
una diosa participan en el gobierno como marido y mujer. El primer
matrimonio celebrado en la tierra, que serviría de modelo para el
resto, fue el de Cadmo y Harmonía. El sonido de la lira de Anfión
hizo surgir en primer lugar las murallas de Tebas, la ciudad entre
los dos ríos.” -Karl Kerenyi-
Blas
de Lezo fue herido por las astillas de la mesa de mando del navío
Galicia
en las escaramuzas de la batalla y la infección terminó por
causarle la muerte el 7 de septiembre en Cartagena de Indias. La mala
relación entre Lezo y el virrey Sebastián de Eslava, jefe supremo
de la plaza se agudizó una vez que se levantó el cerco británico.
Lezo interpretó las medidas más defensivas de Eslava como
inactividad, incompetencia y desidia en la defensa.
Lezo
intentó que se reconociese su carrera mediante la obtención de un
título nobiliario, pero Eslava informó desfavorablemente y lo
destituyó de su puesto de mando ordenando su regreso a España para
ser reprendido, muriendo sin honores. Fue Carlos III en 1760 quien
recompensó al hijo de Lezo nombrándolo marqués
de Ovieco. En honor a su figura, la Armada española mantiene
siempre un buque con el nombre de Blas
de Lezo.
“En
todo el mundo habitado, en todos los tiempos y en todas las
circunstancias, han florecido los mitos del hombre; han sido la
inspiración viva de todo lo que haya podido surgir de las
actividades del cuerpo y de la mente humanos. No sería exagerado
decir que el mito es la entrada secreta, por la cual las inagotables
energías del cosmos se vierten sobre las manifestaciones culturales
humanas. Las religiones, las filosofías, las artes, las formas
sociales del hombre primitivo e histórico, los primeros
descubrimientos, científicos y tecnológicos, las propias visiones
que atormentan el sueño, emanan del fundamental anillo mágico del
mito. (…)
¿Por
qué la mitología es la misma en todas partes, por debajo de las
diferencias de vestidura? ¿Qué nos enseña?” -Joseph Campbell-
Para
los griegos, la tarea esencial era formar el carácter de sus
ciudadanos para la virtud, un ethos
con un telos
para conducir la conducta orientada al bien. En la mitología, el
héroe encarna los valores asociados a la cultura de la sociedad,
idealizados y destinados a llevar a cabo hazañas extraordinarias. En
la narración mitológica se nos narran una serie de conflictos
insolubles que solo la intervención de un individuo homérico puede
resolver con su intervención, muriendo en la empresa para pasar a la
posteridad como icono y ejemplo para las generaciones venideras.
“Si
la mitología griega se limitase a los dioses o, como mucho, a los
mitos sobre el origen de la raza humana, los héroes tendrían que
quedarse al margen. Pero los dioses reclaman a los héroes, y éstos
también pertenecen a la mitología”-Karl Kerenyi- A veces el héroe
es de naturaleza superior al hombre y vástago de algún dios; otras
veces es un mortal común con una superioridad moral como lo entendía
Aristóteles, con una conducta supererogatoria.
Roma
condenaba a los pueblos y personajes hostiles al Imperio a ser
excluidos de la Historia, el olvido era el castigo, pero ensalzaba y
glorificaba a sus hijos. Heródoto suele ser señalado como el primer
historiador, y su obra en prosa compitió con la épica de Homero en
su Ilíada, pero con la misma finalidad: narrar las guerras médicas
para evitar que sus grandes acciones quedaran privadas de gloria,
incluyendo al derrotado pueblo persa para contextualizar y valorar
las dificultades de la victoria. Heródoto concibe la historia como
historia rerum
gestarum. Tucídides subraya el ideal del hombre como debería
ser, pero subrayando que solo existen excepcionalmente. “Estos historiadores
vivieron en el espíritu de los acontecimientos por ellos descritos;
pertenecieron a dicho espíritu. Trasladaron al terreno de la
representación espiritual lo sucedido, los hechos, los
acontecimientos y estados que habían tenido ante los ojos”
-Hegel-.
La
España cainita también en el tratamiento de sus héroes es una
anomalía histórica, antes la envidia que el reconocimiento y la
gloria. ¿Cómo es posible que la gesta de Blas
de Lezo haya quedado en el olvido y solo después de la
exposición en el Museo
Naval en el año 2013 haya sido rescatada más en las Redes
Sociales que en los medios de comunicación? Madrid tuvo que financiar el monumento a Blas de Lezo por cuestación popular. En
Barcelona, la estatua de Blas de Lezo reabrió la
guerra de 1714.
Cartagena
de Indias tiene un barrio dedicado a Blas de Lezo y los historiadores
colombianos se afanan en confirmar el lugar en el que fue enterrado:
un cine abandonado donde estuvo la Capilla de la Vera Cruz y en la
que eran enterrados muchos militares de la época colonial. Vid.
Recordemos que Blas
de Lezo fue enterrado sin honores,
en pobres condiciones, puesto que el virrey de entonces, Sebastián
de Eslava, había declarado su enemistad cuasi eterna a su
salvador.
Solo
desde el más profundo aldeanismo, incultura, odio a la excelencia y
envidia patria, puede entenderse que la figura de Blas de Lezo
permanezca en el limbo
histórico, pese al reconocimiento internacional como uno de los más
grandes estrategas marítimos de todos los tiempos. "Españoles que no estén marcados por el estigma de Caín ni sean portadores del virus de la rabia, españoles bondadosos y, por lo general, silenciosos, españoles ajenos a la envidia, españoles cultos, asenderados y con sindéresis, bien criados y bien educados, españoles de la tercera España, españoles sin partido, esto es, españoles enteros que nada saben ni quieren saber de guerras civiles" -Sánchez Dragó-, miremos a la Historia tal y como la concibió Heródoto: para que las gestas de los españoles ilustres no queden privadas de gloria y honor.
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