El
modelo filosófico triunfante en occidente ha sido el de Parménides
y Platón agrupando la realidad en una categoría, los clásicos
igualmente sentenciaron que la naturaleza no se multiplica sin
necesidad. La sencillez con
la que captamos el mundo pese a la infinitud de la realidad, nos
permite elaborar teorías científicas y predecir sus fenómenos.
La
cultura organizativa en las sociedades desarrolladas, aborrece no
obstante de lo simple, y la complejidad es su denominador común, tal
vez como Kant sentenciara parece que la filosofía de la cultura
necesita su quiliasmo particular. La
alta burocratización siempre colapsa los servicios porque los
recursos son limitados pero las necesidades creadas son infinitas. Es
el vicio de
invadir lo
político por la política. Pensemos en el caos que se
produce con mucha frecuencia en los Juzgados por ese empeño
en judicializar nuestras
vidas.
El contribuyente
y votante se
ha convertido en una masa social poderosa que exige todas las
prestaciones posibles, y por ello los gobiernos procuran dar
satisfacción a sus demandas alimentadas artificialmente muchas de
ellas. El problema que se plantea es que dichas demandas requieren de
normas de desarrollo que conllevan a su vez protocolos altamente
burocratizados que necesitan recursos y presupuestos. En otras
palabras, cualquier ley necesita en última instancia de mecanismos
que actúan obstaculizando su ejecución. Pensemos por ejemplo en el
desamparo en que caen nuestros mayores pese a la Ley de Dependencia,
y en la cantidad de expedientes pendientes por resolver en las
Administraciones Públicas. Imaginemos por el contrario que un río
no pudiese desembocar en el mar porque primero se tuviera que
constituir el delta, y desviar su cauce para evitar los meandros. La
ciencia empírica crea leyes para predecir los acontecimientos objeto
de su marco de aplicación, sin embargo las leyes
políticas quedan falsadas sin
requerir experimentum
crucis. Podemos
predecir cuando se producirá un eclipse solar, pero si el derecho es
útil en la medida en que no es científico-Andrés Ollero- Vid.-
de las leyes políticas podemos predecir su utilidad cuando no
invaden lo
político.
La
necedad verifica la máxima de que cuando
el coste es cero, la demanda es infinita,
y exige una organización pensionada de la sociedad incluyendo
las fantasías animadas de Tom
y Jerry, es decir aceptando que la acción de gobierno (la
política) invada todos los espacios públicos (lo político) sin
caer en la cuenta de que ello va en detrimento del progreso y
desarrollo de los derechos y logros sociales "prima
facie".
Una escasa
inversión
en educación por ejemplo, porque hay que financiar
la cultura, conlleva
ciudadanos menos formados y cualificados y se ahondarán las
diferencias entre clases sociales.
La
naturaleza no crea nada superfluo, una rosa se dota de espinas para
protegerse, pero no exige ser regada con agua del Nilo. La
burocracia en cambio, se multiplica sin necesidad hasta llegar a su
nivel máximo de incompetencia.
Pero la
política exige
dar satisfacción a la patanería,
que
tiene como señas de identidad la credulidad y la ausencia de
capacidad crítica, por ello las élites políticas seguirán
vendiendo fuegos artificiales, sabedores de que no serán juzgados
por su ineficiencia en la gestión pública. Nos
seguirán alimentando de promesas que no podrán cumplirse, pero se
disparará el despilfarro y la corrupción.
Una
sociedad de progreso entendida según la máxima kantiana y la
Ilustración exige atreverse
a pensar racionalizando
la información que los logros científicos ponen a su alcance, es
decir, a educar a individuos libres. Pero estamos lejos del objetivo:
el progreso moral pretendido por los ilustrados ha devenido en
sociedades enfermas moralmente, solo así se explica que en España
siga gobernando el partido de los ERES en Andalucía; el clan del 3%
en Cataluña y que tengamos a un Presidente que ensobrado
o no,
una democracia saneada no
toleraría. En castizo, en España, la corrupción se premia en las
urnas y en palabras de José
Luis Escobar Arroyo: "Las
sociedades no pueden tener otras formas de gobierno que las que
corresponden a sus principios. ¿Empezamos por cambiar el sistema
para cambiar a la sociedad o por ésta para cambiar aquél? La
generación de la transición, se ha jubilado, la posterior no está
para tirar cohetes, la siguiente, está con la videoconsola, el
aprobado fácil y la pensión vitalicia. Hay que esperar tres o
cuatro generaciones más".
Seguimos
en la España de Galdós: "Nada hay más repugnante que la
justicia popular, la cual tiene sobre sí el anatema de no acertar
nunca, pues toda ella se funda en lo que llamaba Cervantes el vano
discurso del vulgo, siempre engañado". Que el
término populismo haya
sido elegido como el que más ha marcado la actualidad informativa
del 2016 según la Fundéu lo
resume todo.
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