¿Qué
es el voto útil?
Mi
posición es contraria al historicismo
y al voto útil. Ahora bien, dado que el panorama político
español podría estar nuevamente en una situación similar a la del
20D el próximo 26J, es decir, que un partido o una coalición de dos
partidos no sumaran los suficientes escaños para formar gobierno, me
gustaría que me aclarasen antes de ir a votar, los diferentes
líderes cómo van a gestionar mi voto.
“Nuestros
políticos se pasan la vida simulando ser lo que no son, por miedo o
vergüenza de reconocer o asumir su real condición. Se mueven sobre
la débil cuerda del disimulo, cual malabaristas intentando no caer
al vacío, y menos aún por el lado equivocado. Arrastran sus
complejos como una carga que no obstante va dejando huella en su vida
pública.
Con
cuánto ahínco y esmero se embadurnan cada mañana con el maquillaje
de la ambigüedad, ignorantes de que los votantes lo que ansiamos es
poder votar a partidos honestos, sinceros, que no tengan empacho
alguno en reconocer "somos de derechas, de izquierdas,
comunistas, anarquistas, defensores de la vida o lo contrario,
monárquicos, cristianos, laicos... " lo que sean, pero que lo
clamen, lo firmen, lo declaren, para que sepamos a quién confiar la
papeleta o a quien negar incluso el pan y la sal. Y una vez
reconocido, que actúen en consecuencia, con valor y honestidad, y
rindan cuentas al pueblo soberano, como debe ser.
Si
Podemos es un partido comunista -que lo es-, que lo digan. ¿A
qué siniestro (nunca mejor dicho) juego juegan Pablo Iglesias y los
suyos? ¿Tan estúpidos nos creen como para no conocer sus mimbres?
El Capital fue editado hace ya muchos años, tantos como los que
pretenden hacernos retroceder en libertades. Quizás pretenden barrer
para casa los votos que cayeron del bolsillo de otros partidos, pero
escondiendo la hoz y el martillo para no ahuyentarlos, que los
comunistas en España han sido siempre cuatro gatos.
Si
el PP es un partido de centro derecha que lo diga y actúe en
consecuencia y si cojean hacia la socialdemocracia, que lo confiesen
y se disuelvan, se refunden o tomen las medidas que procedan, pero
que dejen de engañar, y si quedan en barbecho el centro derecha y la
misma derecha, que surja un nuevo partido al que migrar, que no todos
deseamos ir a llorar a los brazos de Albert Rivera.
Si
Ciudadanos aún no tiene claro a qué carta quedarse, que se
declaren partido comodín y si lo que hacen es probarse ora una traje
rojo, ora un traje azul para ver cuál combina mejor con el naranja,
pues que lo reconozcan. Nunca faltará gente que considere la
indefinición una virtud, pero que no traicionen la confianza de
aquellos que, desengañados, acuden a su puerta en busca de la
confiabilidad perdida.
Quiero
saber en qué y con quién van a invertir o dilapidar el valor de mi
voto. Hasta dónde están dispuestos a tensar la cuerda de la
negociación en el juego de la silla y cuáles de mis valores se van
a perder por el camino, esos valores a los que yo no estoy dispuesta
a renunciar, y que meteré en la urna, de nuevo confiada”.
Fuente:
Lagartija.
No
puedo estar más de acuerdo desde la cruz hasta la raya, con el contenido de esta larga cita, y al igual que la autora,
#VotoPorEspaña,
es decir, que votaré
por la defensa de la Nación y de la libertad como valores supremos.
Mi posición es contraria a votar al
miedo
o votar premiando
la corrupción.
Pero prácticamente todo el espectro político está tocado por la
corrupción y genera miedo,
unos directamente por su condición liberticida y otros por su falta
de coraje político para defender los principios que supuestamente
defienden. En política como afirmaba Fraga, lo
que parece es,
y más allá de las sentencias judiciales y del valor probatorio de
las acusaciones, los ERES, Bárcenas, el dinero venezolano de
Podemos, el 3% de CiU y un largo etc. deslegitiman cien
años de honradez
o cualquier pretensión de presentarse vírgenes
a las urnas. Se podrá discutir la cantidad del trinque
pero no sus vergüenzas.
Y vaya por delante mi aclaración de que entiendo la corrupción
como algo intrínseco al ser humano, y que en pequeñas dosis, la
corrupción es sana porque demuestra que una sociedad democrática la
destapa y la combate. En los países totalitarios, la
corrupción oficialmente no existe.
En
cuanto al miedo, tanto lo producen los liberticidas podemitas
como los tibios. Si mi voto va a servir para ver a Bolinaga en
libertad condicional sin haber pedido perdón a las víctimas, al
Faisán sin ser cocinado en la cazuela, para que el español siga
siendo una lengua proscrita
en
media España, o para que se siga financiando la secesión
catalana, la verdad es que el
miedo
no me lo quita el PP tampoco. Como tampoco me lo quita el PSOE
posibilitando que la oclocracia
gobierne
en las principales capitales de España. Y Ciudadanos con una carga
de incertidumbre sobre a quien terminará apoyando, tampoco quita
ningún miedo.
Si
las emociones
se descartan como determinantes en estas elecciones, o en todo caso
se presentan como un dilema entre quien
me da menos miedo o qué me da menos miedo,
¿sería
irracional ser racional el día 26J?
De
manera que al igual que en ciencia y en filosofía, cuando no
se avanza, se reformulan las preguntas,
planteo estas preguntas a los líderes políticos para que no
jueguen con nuestros votos.
¿Estarían
dispuestos los Sres. Rajoy y Sánchez a buscar un Presidente de
consenso renunciando a sus aspiraciones personales?
¿Apoyaría
el PSOE una coalición de las izquierdas que potenciara la
celebración de un referéndum en Cataluña?
Si
tuviera en su mano el Sr. Rivera la posibilidad de que gobernara el
PP o el PSOE con su apoyo, ¿por quién se decantaría?
¿Qué
haría el Sr. Iglesias si llega al poder y cómo financiaría el
paraíso
comunista?
¿Serían
capaces de llegar a un pacto de estado los partidos
constitucionalistas PP, PSOE y Ciudadanos para frenar la secesión y
posibilitar la recuperación económica?
Si
la aritmética parlamentaria resultara muy similar a la del 20D,
¿seguiría Rajoy como presidente en funciones jugando a dilatar los
tiempos para volver a convocar nuevas elecciones?
Hemos
llegado a tal nivel de degeneración democrática que al final
nuestras
libertades políticas se
reducen a votar entre un señor mediático apoyado por los medios
como un nuevo mesías; un señor machadiano del pasado efímero;; un personaje quevediano:
“Ayer
se fue; mañana no ha llegado;/ hoy se está yendo sin parar un
punto:/ soy un fue, y un será, y un es cansado./ En el hoy y mañana
y ayer, junto/ pañales y mortaja, y he quedado/ presentes sucesiones
de difunto” y un discípulo socrático al que reclamamos: habla,
si quieres que te conozcamos.
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