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domingo, 17 de enero de 2016

Entre Bel y Copérnico. PP, PSOE y Ciudadanos.






  “La penosa tarea del sabio. Me he aplicado a distinguir sabiduría y ciencia, de locura y necedad; y he concluido que también eso es caza de viento; porque donde abunda la sabiduría, abunda el sufrimiento, y a más ciencia, más dolor”. - Ecl 1- 17-18.

  En los relatos griegos del Libro de Daniel se nos narra que en Babilonia había un ídolo llamado Bel a quien se ofrecían diariamente doce costales de flor de harina, cuarenta ovejas y seis cántaros de vino. También el rey le rendía culto e iba todos los días a adorarlo. Como quiera que Daniel no le rendía culto al ídolo, el rey Ciro el persa le preguntó a Daniel por qué no lo adoraba. Daniel le contestó que solo adoraba a su Dios y que Bel no era nada más que una estatua de barro recubierta de bronce. La réplica del rey era muy simple: toda la comida que se le ofrendaba a Bel la devoraba por la noche.
  El rey presionado por sus sacerdotes aceptó sellar las puertas del templo para que nadie entrase ni saliese y comprobar al día siguiente si seguían junto a la estatua las ofrendas bajo apercibimiento de pena de muerte para Daniel por haber blasfemado contra Bel. Los setenta sacerdotes estaban tranquilos porque debajo de la mesa habían construido un pasadizo secreto por donde entraban con regularidad y se llevaban las ofrendas para ellos y sus familias. Pero Daniel ordenó a sus criados esparcir cenizas en presencia solo del rey. Al día siguiente el rey comprobó que todas las ofrendas habían desparecido pero había huellas de pisadas de hombres, mujeres y niños. Descubierto el engaño, los sacerdotes fueron ajusticiados y el templo de Bel y su estatua destruidos.
  El panorama político español tiene a su Bel particular agasajado por imperativo legal y coercitivo vía impuestos por los ciudadanos. Pero a diferencia de Ciro, ignorante del engaño, que termina por castigar a sus culpables y  destruir el templo, en España se destruyen en los procesos electorales los proyectos anti Bel, como así ha ocurrido con Vox y UpyD. Los setenta sacerdotes son setenta veces siete los que impiden que se destruya a Bel. Me refiero obviamente al proyecto de eliminar las Comunidades Autónomas o en su caso que el Estado asuma las competencias que nos hacen libres e iguales: Educación, Justicia y Sanidad.
  En Cataluña han llegado finalmente al apaño porque consideran las fuerzas políticas favorables a la secesión que lo importante era el procés. En el Congreso de los Diputados, las fuerzas políticas que defienden la legalidad y la Constitución, siguen sin entender y ojalá que me equivoque, que lo importante es la Nación. ¿Qué es lo que está en juego?, ¿el ego de los líderes que se resisten a aceptar el resultado electoral, las cuotas de poder de las familias políticas, el odio, el resentimiento, la ideología...? En otras palabras, pese a las evidencias de que el sistema del 78 se cae, ¿qué estrategias tienen los grandes partidos PP y PSOE para evitar el hundimiento?

  La Iglesia Católica tardó bastantes años en reaccionar a la teoría copernicana. En apariencia era inocua, no se afirmaba que la Tierra giraba alrededor del Sol, afirmaba que en el sistema aristotélico- ptolemaico era más fácil considerar a la Tierra en movimiento y evitar los epiciclos y deferentes. Hasta 1606, el De revolutionibus no fue puesto en el Índice de libros prohibidos. Los protestantes también reaccionaron porque su interpretación literal de la Biblia entraba en conflicto con una tierra en movimiento.

  ¿Qué estaba en juego? Obviamente mucho más que la representación del universo o unas líneas de la Biblia, en especial Josué 10- 12-13: “El mismo día en que el Señor entregó a los amorreos en poder de los israelitas, Josué se dirigió al Señor y dijo: ¡Sol, detente sobre Gabaón! ¡Y tú, luna sobre el valle de Ayalón! Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. Todo esto está escrito en el Libro del Justo. El sol se detuvo en el cielo y tardó un día entero en ponerse”. El drama de la vida cristiana y la moralidad edificada sobre la cultura judeo cristiana no podía adaptarse a un universo en el que la tierra fuera un mero planeta. ¿Qué pasaría con la caída del hombre en el pecado y su redención si había otros planetas en los que la bondad de Dios habría querido que fueran habitados igualmente por seres humanos? Y si ello fuera así ,¿cómo podrían descender también de Adán y Eva y cómo habría tenido allí lugar la presencia de Cristo? Por otra parte, si los cielos no eran perfectos, ¿cómo podría tener allí Dios el trono? Las teorías de Copérnico implicaban una transformación radical y cuestionaba las bases de la moral. El paradigma siguió con ligeros retoques, hasta que Galileo y Newton se encargaron de refutarlo definitivamente.

  Lo que está en juego en España es un gran café para todos, pero con unos nacionalistas que no quieren tomarlo juntos porque lo quieren especial, con leche, tostada y zumo de naranja. Está en juego un sistema que asegura que Bel siga agasajado para que los sacerdotes con pasadizos secretos, es decir, con un metasistema creado para sostener al sistema, sigan alimentando covachuelas, cargos, Diputaciones, Autonomías, puestos de asesores, liberados de la política y sindicatos y un largo etcétera.
  Pero hoy a Ciro el persa, no le ha llegado Daniel, sino un apaño con la CUP que obliga a que en Cataluña se permita el procés o se aplique el artículo 155 de la Constitución. O se ejecuta a Daniel o a los sacerdotes de Bel, tertium non datur.
  Desconozco si habrá repetición de elecciones generales o si finalmente entre PP PSOE y Ciudadanos se formará un Gobierno para enfrentarse al reto secesionista y consolidar el crecimiento económico. Tengo claro sin embargo, que se ha cumplido la máxima de Cambó: el fracaso de un político es pedir lo imposible y retrasar lo inevitable. Mas ya es cadáver político y lo son también Pedro Sánchez y Rajoy, porque lo pinten como lo pinten han cosechado el peor resultado electoral de sus partidos, están pidiendo lo imposible y retrasando lo inevitable.


  Los ciudadanos comprometidos pedimos que igual que en Cataluña ha vencido el apaño en favor del procés, en el Gobierno central, venzan España y la legalidad. Y mientras tanto, a quienes sufren porque piensan que se vive mejor sin ciencia ni sabiduría, es decir que la ignorancia te hace feliz, siempre les quedará la sonrisa de Demócrito frente al llanto de Parménides.