“La
religión consiste en un repertorio de actos específicos que el ser
humano dirige a la realidad superior; fe, amor, plegaria, culto. Pero
esa realidad divina tiene otra vertiente, en la cual se prenden otros
actos mentales perfectamente ajenos a la religiosidad. En ese sentido
cabe decir que hay un Dios laico, y este Dios, o flanco de Dios, es
lo que ahora está a la vista”.-José Ortega y Gasset-.
Las Venus del paleolítico
resaltaban la feminidad asociada a la maternidad, la de Willendorf
es un canto a las partes del cuerpo de la mujer generadora de vida:
enormes senos, vientre fecundado y caderas anchas. El refranero
popular español sentenció que dos
tetas tiran más que dos carretas,
y el recuerdo del placer de la
succión del pecho materno inspiró al psicoanálisis y a la
mitología clásica.
Zeus le fue infiel a
Hera con Alcmena, con quien concibió a Heracles (Hércules en la
tradición latina), pero para convertirse en inmortal, debía ser
amamantado por la esposa traicionada. Una tarde, paseando con Atenea,
encontraron al niño descansando en la hierba y al contemplar su
hermosura, fue convencida por Atenea para que lo amamantase. Heracles
chupó la leche con tal violencia, que al herir a Hera, lo retiró de
su seno violentamente, pero su leche siguió fluyendo formando la Vía
Láctea.
La prolongación del
período de lactancia ha sido uno de los métodos naturales
anticonceptivos y en los ritos de fertilidad se exaltaba la
voluptuosidad del pecho de la mujer para demandar protección en la
sequía o la enfermedad, embarazos y otros tipos de logros. De
la teta nutricia como creadora de vida hemos pasado a la teta
poderosa Afrodita
como atributo femenino objeto de deseo, exhibición y triunfo social
de las mujeres más afortunadas.
De la biología, al materialismo estético como símbolo de la
resistencia al cambio que la cultura
de género quiere
imponer. Sin tetas no hay
paraíso.
Reparemos igualmente que el cuerpo es el espejo de la opulencia.
Hemos pasado de la mujer voluptuosa, maternal y bien alimentada, es
decir sin carencias económicas, a la estilización de la figura, que
requiere igualmente de recursos para mantener la línea. No hay
cambio de paradigma, el marco conceptual de valores sigue siendo el
mismo, la mujer continúa afanándose por ser bella, y el hombre
aplaude y se ensimisma ante el escote de una dama. De manera que pese
a que la verdadera belleza se oculta en el interior, la pretendida
igualdad entre hombres y mujeres mantiene la guerra de sexos y la
capacidad de seducción de la mujer.
Pero somos una
civilización vestida.
“El empleo de vestiduras anti sexuales varió según las diversas
condiciones culturales, extendiéndose a veces a otras señales
sexuales secundarias (senos, labios)...En ciertos casos extremos, el
aparato genital, no solamente oculto, sino también completamente
inaccesible. El más famoso ejemplo es el cinturón de castidad”
(Desmond Morris).
Tal
vez por ello, el desnudo nos obligue a meditar. Recordemos que
Teofrasto
se mostró escéptico ante la idea aristotélica de que todo tenga
una finalidad, argumentando que la tetilla
masculina
es inservible y carece de función orgánica para amamantar, pero hoy
podemos argumentar que el pecho femenino no es solo biológico, sino
también seductor y político. Como ejemplo citemos la defensa de la
progresía
de Olvido
Hormigos,
ex concejala socialista de Los Yébenes como víctima de un machismo
casposo y retrógrado y de la cosificación fascista de la mujer,
capaz de humillarla difundiendo su vídeo erótico, y el posterior
abandono a su suerte con motivo de su irrupción en la telebasura.
La razón no suele ser precisamente muy tierna como afirmaba Voltaire
por ello los
progres
abandonan los derechos persiguiendo el marketing político.
Olvido Hormigos desenmascara la superficialidad de los políticos
profesionales que buscan el aplauso en la opinión pública,
despreciando los principios.
Sin
embargo, tras el afelio
de la teta nutricia,
como si de una órbita biológica se tratase, volvemos al perihelio
para encontrar nuevos
tipos de seducciones que
surgen como deseo de
succión de la teta erario
por parte de nazionalistas,
populistas
y corruptos: los
pechos de María Lapiedra, el código de barras en
erección Fet
a Catalunya con el
guarismo 15 la niña
bonita
(edad de rito de paso de la mujer), o
los falos
de los ediles secesionistas apoyando a Mas en su declaración como
imputado en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por la
consulta ilegal independentista del pasado 9 de noviembre de 2014,
son
algunos ejemplos. El
Dios laico que atisbara Ortega y Gasset está a la vista.
Ya no nos tienta la serpiente porque el cientifismo ha desencantado
el mundo y la tecnología nos proporciona un bienestar material que
nos aleja de las necesidades espirituales. Nos tientan dos
poderosas razones
que caben en un palmo: el que va del bolsillo a la bragueta como
diría Escrivá de Balaguer. En esa sentencia cabe todo el
pensamiento y la ética de quienes han corrompido España creando un
metasistema que legitima al sistema con disposiciones de ingeniería
procesal amparándose en esteladas, el pueblo, los parados, los
cursos de formación, servicios y contratos públicos...Todo para
tener dinero para asar una vaca, coca, putas, ladrillo, coches de
lujo y cuentas en Suiza.
No
obstante, hay personas homéricas como Dolores
Agenjo,
la única directora de Instituto que se negó a cumplir las órdenes
de
la Generalidad de ceder los centros educativos para la celebración
del referéndum ilegal del 9-N o Mercedes
Alaya jueza
de la corrupción de Bandalucía
que actúan como Hera retirando súbitamente de la teta
erario a
sus vástagos
infames.
El camino del Dios laico es el rodeo, y las consecuencias del escarmiento impuesto por la diosa Némesis a la Ninfa Eco a no tener voz propia y a repetir las últimas palabras que escuchase en voz ajena por entretener conversando a Hera para que Zeus pudiera tener aventuras extraconyugales, irradian igualmente a los ciudadanos narcisos como castigo, y moraleja del destino final para la desinformación, la mentira, la manipulación, la demagogia y en todo caso para la infamia de un sistema corrupto con su cohorte de medios de comunicación de masas subvencionados enredándonos para que los dioses de la casta tengan devaneos corruptos. Metafóricamente somos Narciso cansado de escuchar su propia voz desdeñando el amor de la Ninfa quien abatida y triste termina diluyéndose en las montañas con su eco. Mujeres y banderas castigadas a no seducir, y hombres y proyectos ensimismados que terminan anoréxicos y sin virilidad. Ni la estelada seduce a los españoles, ni vemos el código de barras 15 en el etiquetado de productos catalanes, ni vemos a Mas sacando su proyecto secesionista adelante. Sin tetas erario, sí hay paraíso.
El camino del Dios laico es el rodeo, y las consecuencias del escarmiento impuesto por la diosa Némesis a la Ninfa Eco a no tener voz propia y a repetir las últimas palabras que escuchase en voz ajena por entretener conversando a Hera para que Zeus pudiera tener aventuras extraconyugales, irradian igualmente a los ciudadanos narcisos como castigo, y moraleja del destino final para la desinformación, la mentira, la manipulación, la demagogia y en todo caso para la infamia de un sistema corrupto con su cohorte de medios de comunicación de masas subvencionados enredándonos para que los dioses de la casta tengan devaneos corruptos. Metafóricamente somos Narciso cansado de escuchar su propia voz desdeñando el amor de la Ninfa quien abatida y triste termina diluyéndose en las montañas con su eco. Mujeres y banderas castigadas a no seducir, y hombres y proyectos ensimismados que terminan anoréxicos y sin virilidad. Ni la estelada seduce a los españoles, ni vemos el código de barras 15 en el etiquetado de productos catalanes, ni vemos a Mas sacando su proyecto secesionista adelante. Sin tetas erario, sí hay paraíso.