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El blog de Antonio Román Sánchez Rodríguez
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domingo, 14 de diciembre de 2025
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Athos: la continuidad de Bizancio bajo el poder otomano
Tras 1453, cuando Constantinopla se convirtió en Estambul y el Imperio romano de Oriente dejó de existir, el Monte Athos permaneció como una auctoritas viva: un espacio autónomo, ortodoxo y helénico que resistió a la disolución de su mundo.
La toma de Constantinopla no supuso el fin de Bizancio. En la Montaña Sagrada del Athos, bajo la dominación otomana, sobrevivieron la liturgia, la lengua, el arte y la conciencia espiritual de un imperio derrotado pero no extinguido merced a una teobiosis integral con la Theotokos.
Tras la toma de Constantinopla por los turcos en 1453, el Sultán Mehmet II ordenó la reconstrucción de las murallas, la repoblación de la ciudad trayendo súbditos de todo el imperio otomano y la restauración económica, al tiempo que se proclama Kaisar-i-Rum -César romano, Emperador turco- estableciendo la capital en la rebautizada ciudad de Estambul. El Monte Athos había sido conquistado por el Sultán turco Murad II en 1424.
Durante la dominación otomana, el Monte Athos mantuvo una cierta autonomía y estatuto especial y estuvo protegido por los Sultanes, quienes permitieron a los monjes la vida monástica a cambio de tributos preservando el enclave ortodoxo como un remanente de Bizancio y un lugar de paz, confirmando la mayoría de las propiedades territoriales a los monasterios, y manteniendo sus tradiciones y la prohibición de entrada a las mujeres.
Pero el sultán Selim II en 1569 ut infra se detalla, decretó la confiscación de los bienes athonitas redimida por una gran suma económica y el pago de impuestos anuales jarach lo que mermó la sustentación de los monasterios y en algunos casos, supuso su desaparición. -Vid- A lo largo de la historia, han existido numerosos monasterios en el Monte Sagrado (puede que incluso 40), muchos de los cuales han desaparecido debido a invasiones, incendios o abandono. Entre algunos de estos monasterios que ya no existen pero que están documentados, tenemos:
1. Monasterio de Amalfinon (monasterio amalfitano). Fundado en el siglo X por monjes italianos de Amalfi cerca del Gran Laura, fue uno de los pocos cenobios occidentales y desapareció en el siglo XIII.
2. Monasterio de Karakallinos (predecesor de Karakallou). Fundación: Antes del siglo XI. Este monasterio fue abandonado o destruido, posiblemente debido a incursiones piratas. Posteriormente, se construyó el monasterio de Karakallou en su emplazamiento o cerca de él.
3. Monasterio de Xylourgou. Fundación: siglo X. Abandonado en favor del monasterio ruso de San Pantaleón.
4. Monasterio de Kralis (Monasterio Serbio). Fundado en el siglo XIV por gobernantes serbios, cayó en decadencia y fue absorbido por otros monasterios.
5. Monasterio de Kolobu (o Kolobos). Fundación: Período Athonita temprano. Es probable que sus monjes se trasladaran a monasterios más importantes.
6. Monasterio de Chrysanthou. Fundación: Desconocida, probablemente antes del siglo XI. Fue uno de los monasterios más pequeños que no sobrevivió, fusionándose con una comunidad más grande. Vid.
El imperio otomano mantuvo en Karyes a un oficial llamado kaimakam que se encargaba de recaudar los impuestos pagados por los monjes a la Sublime Puerta nombre con el que se aludía al poder. Con las derrotas en el Gran Sitio de Malta en 1565, sede de la Orden Hospitalaria de San Juan que con el desembarco de los tercios españoles en ayuda de la Orden provoca la derrota y huida otomana, y posteriormente con la derrota en la Batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571 a manos de la Liga Santa organizada por el papa Pío V que aglutinó al Imperio español, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya y en las que vencieron las tropas cristianas lideradas por el genio militar de Juan de Austria y de Álvaro de Bazán, se intensificó la acción confiscatoria en el Monte Athos con la advertencia de que en caso de no satisfacerse, la propiedad de los monasterios pasaría al Sultán.
La victoria en Lepanto, restableció el comercio en el Mediterráneo oriental y tal vez hiciera reflexionar al papa a modo de ucronía, qué hubiese ocurrido, si la cristiandad se hubiese movilizado en la defensa de Constantinopla. Los turcos quedaron diezmados económicamente y con la necesidad de reconstruir su flota, lo cual provocó la decadencia económica de los cenobios de la Montaña Sagrada especialmente en los menos ricos.
Pese a todo, Athos mantuvo viva la cultura griega durante todo el poder de dominio turco hasta 1912, fecha en la que tras la Guerra de los Balcanes, Ágion Óros pasa definitivamente a manos cristianas, ejerciendo el liderazgo en todos los órdenes: espiritual, cultura ortodoxa, tradiciones, arte y raíces helénicas que toman el nombre de Hellas de la Hélade como unión que evocaba a todos los griegos. Sigue siendo el centro de la ortodoxia, su liturgia, teología y espiritualidad, y representa igualmente la continuidad de Bizancio (en Grecia se mantiene el uso del topónimo Constantinopla en lugar del de Estambul), la resistencia a ser aniquilada la cultura heredada y la capacidad de mantener las tradiciones intactas. En cierta manera, representa igualmente el milagro y teobiosis integral de la Theotokos defendiendo su Jardín.
El avaton -prohibición de entrada a las mujeres- ha conseguido sortear los avatares políticos y sociales y no se cuestiona por ninguna organización que pudiere liderar protesta alguna. La fuerza moral y el respeto de la comunidad monástica athonita son incuestionables en Grecia. La Montaña Sagrada es la auctoritas por antonomasia de todo lo que fue Bizancio. Sic transit.
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