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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Mors al servicio de los vivos. Plañideras e hipocresía funeraria.


 El RAE define el término plañidera como: “mujer llamada y pagada que iba a llorar a los entierros”. En Jeremías 9- 16 se invoca a las plañideras: “Así dice el Señor todopoderoso: Sed sensatos y llamad a las plañideras. Haced venir a las expertas; que vengan enseguida y nos entonen lamentos; para que corran lágrimas de nuestros ojos, y destilen llanto nuestros párpados (…) Ha subido la muerte por nuestras ventanas...”
 Plañir viene del verbo sollozar, respirar de manera profunda y entrecortada a causa del llanto según definición del RAE. En otras palabras, volver a respirar para volver a la vida, como en el rito de inmersión en el agua del bautismo después de la apnea. Recordemos que la muerte en la tradición latina se representa en forma de mujer vieja, frente al de un hombre joven en la tradición griega. Mors y Tánatos simbolizan mucho más que una iconografía, son una weltanschauung, una concepción del mundo y de la vida. Las lágrimas derramadas en los lacrimatorios servían para limpiar el alma del difunto.

  En una sociedad desacralizada como la nuestra, el elemento religioso pervive, el hombre se quiera o no, es espíritu en concurso de sinergias sobrenaturales, por eso, del muerto siempre se habla bien, como si fuera una plegaria para pedir a Dios que expíe sus pecados.
  "Los ritos de paso acompañan a cambios en la posición estructural o estatus que son de interés público general. ¿Por qué son el nacimiento, la pubertad, el matrimonio y la muerte tan a menudo ocasiones para la celebración de ritos de paso? Probablemente por sus aplicaciones públicas: El individuo que nace no solo define una nueva vida, sino que también origina o modifica la posición de los padres, abuelos, hermanos, herederos, compañeros de edad y muchas otras relaciones domésticas y políticas. La principal función de los ritos de paso es dar reconocimiento comunitario a todo el complejo de relaciones nuevas o modificadas y no meramente a los cambios experimentados por los individuos que nacen, se casan o mueren.
  Los ritos de paso se ajustan a una pauta notablemente similar en las culturas más diversas. En primer lugar, los principales actores son separados de las rutinas asociadas a su vida anterior. En segundo lugar, se dan pasos físicos y simbólicos decisivos para extinguir los estatus anteriores."-Marvin Harris-.
  Para filosofar y en todo caso ahondar en el conocimiento de las cosas, es necesario destrozar el lenguaje fosilizado. El cinismo como corriente filosófica suponía el desprecio hacia las convenciones sociales y determinados valores morales; el lenguaje ordinario ha perdido todo rastro de de su sentido primitivo, convirtiéndolo en término que alude a la desvergüenza en el mentir, es decir, en una forma refinada de hipocresía.
No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca, ya la frente,
me representes o silencio o miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Hoy sin miedo que libre escandalice
puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice”.

-Quevedo-


  Pero a veces, la hipocresía funeraria se presenta como una subversión de los valores sociales, por un lado su plegaría es una expiación para los vivos; y por otra la escenificación de la extinción de estatus de poder. Ese es el drama de los vip molestos que una vez teatralizado el duelo, se actúa como Roma contra Cartago una vez vencida, incorporándola como una provincia de África como si nunca hubiese existido y negándole la gloria en la Historia. Sin embargo al igual que fue imposible ocultar la hazaña de Eróstrato cuya motivación fue la de conseguir la inmortalidad de la fama incendiando el Templo de Diana en Éfeso, para lo bueno y para lo malo, la sombra de personajes públicos que han ocupado puestos de poder durante décadas, es alargada.

  En palabras del ex presidente del Gobierno José María Aznar a propósito de la muerte de la Excelentísima Señora (es el trato honorífico que corresponde a los alcaldes de Valencia) Dña. Rita Barberá: “lamento que haya muerto habiendo sido excluida del partido al que dedicó su vida”. Fuente.

  Las plañideras hoy han perdido su función escatológica, pero como la desacralización no suprime los ritos, sino que los perfecciona, su misión es la de refinar la cultura del duelo no en favor del alma del finado, sino del bienestar de los vivos.

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